Pretexto para que a Le Tellier le den el Goncourt
Pues sí, por esta novela le han dado el premio Goncourt al escritor Hervé Le Tellier, leo en Wikipedia que nació en 1957, o sea es un maduro de mi quinta. Con esta novela en noviembre de 2020 le dieron el Premio Goncourt, que según las bases de la Academia "se otorga al mejor volumen de imaginación e prosa entre las novelas publicadas en el año en curso".
La trama de la anomalía está destripada en la contraportada del libro y en las críticas promocionadas por la editorial. Resulta que un avión de Air-France que hace el trayecto entre París y Nueva York en marzo de 2021 pasa por una extensa zona de turbulencias. Al aterrizar, los pasajeros y la propia tripulación agradecen haber llegado a puerto (mejor dicho a aeropuerto)... y el autor nos cuenta la vida de unos cuantos de ellos (once, creo).
Pero resulta que ese mismo avión, en el ms de Junio está pasando por la peripecia del gran peligro por la extensísima tormenta y las turbulencias, cuando de repente pide aterrizar en Nueva York y da el código del vuelo. Voilà! resulta que es el mismo de tres meses atrás, los viajeros, la tripulación, son las mismas personas. Se han duplicado.
Las autoridades norteamericanas capean el temporal, llevando a las fotocopias vivientes a una base militar, donde intervendrá un equipo de crisis compuesto de militares, agencias gubernamentales, psicólogos a porrillo, y un equipo de frikis que han elaborado lo que llaman en honor a Douglas Adams, el Protocolo 42. (Lo que hay que hacer cuando lo que sucede es de todo punto imposible).
La segunda parte del libro dará pie a ver como se las compone cada pareja de dobles cuando se encaren entre sí, que reflexiones harán y a que soluciones o compromisos llegarán. Dos personajes no tienen su copia, uno porque el original se suicidó (y es casualmente el escritor que antes de poner fin a su vida escribió un libro de culto La anomalía), y otro es el comandante del avión que morirá por segunda vez de un cáncer de páncreas.
En el epílogo o al final hay un toque de humor negro, que creo hubiera estado mejor en otro momento de la novela. Lo lamento, y difiero de la opinión de Javier Cercas que dice que es un libro fácil de leer pero difícil de entender. Estoy de acuerdo, se lee fácil. Quizá no lo haya entendido, pero creo que el autor no se la sacado ningún partido a las situaciones que se plantearían en esa inédita situación. Las reacciones tanto sociales, como las políticas, las religiosas y especialmente las personales me han parecido extremadamente planas y parecen más propias de un guion de serie de plataforma (quizá a eso aspire).
Se lee fácil, de acuerdo Cercas, pero no se si merece el mayor premio de las letras francesas a una novela de ficción. Desde luego partour sont les fèves au lard.
Leído en e-book. Me siento generosa, un 5,5.