Los términos mareo y vértigo,
con frecuencia, son utilizados como sinónimos y en muchos casos son referidos
por los pacientes que sufren algún trastorno de ansiedad. Vamos a ver un poco
de semiología (*).
Mareo
El mareo es una sensación desagradable en la que uno puede
experimentar una percepción cercana al desmayo, o bien una cierta inseguridad, inestabilidad
o desequilibrio de la cabeza (a veces puede confundirse con el vértigo). No
obstante, el término es impreciso. Puede producirse por:
- Cinetosis.
El movimiento, al viajar en
un transporte bien sea por mar, en coche o tren, también en avión y desde luego
en algunas atracciones de feria, que al producir una aceleración y
desaceleración lineal y angular repetitivas se produce una sobre-estimulación
de los canales
Los pasajeros sufrirán cinetosis
- Caída brusca de la tensión arterial.
- Deshidratación.
- Embarazo.
- Alteración cardiovascular.
- Trastorno digestivo.
- Alteración metabólica.
- Otros factores que también producen sobre-estimulación de los canales semicirculares:
- Algunos medicamentos.
- Sustancias tóxicas (como el alcohol).
- En los trastornos de ansiedad, como los ataques de pánico pueden producirse mareos, casi siempre vinculados a la hiperventilación.
El vértigo
es una sensación ilusoria, generalmente de tipo rotatorio, de desplazamiento
del cuerpo o de los objetos situados a su alrededor. Las personas con vértigo
sienten como si realmente estuvieran girando o moviéndose o como si el mundo
estuviera girando a su alrededor. Esta sensación puede ser pasajera o durar
horas e incluso días.
La sensación de rotación del entorno es característica del vértigo |
Sin
embargo, para aumentar la imprecisión, algunas personas pueden describir el
vértigo como mareo. Clásicamente para diferenciarlo se dice que en el mareo “lo
que da vueltas es la cabeza” (como una cierta sensación de ebriedad), mientras
que en el vértigo “dan vueltas las cosas, o todo el cuerpo”.
El vértigo
se produce por una alteración ya sea permanente o transitoria del mecanismo del
equilibrio. Puede presentarse a cualquier edad, pero predomina entre los 40 y
los 60 años y en mujeres.
El
equilibrio en los humanos depende de un complicado sistema:
- La información sensorial se recibe a través de:
- Vista.
- Propiocepción (receptores en los músculos, tendones y articulaciones).
- Órganos de equilibrio en el oído interno).
- Esta información se integra en el sistema nervioso central, especialmente:
- Cerebelo
- Tallo encefálico
- Corteza cerebral
- Dando como resultado una respuesta motora, que afecta especialmente a movimientos oculares y a otras partes del cuerpo para el reajuste del equilibrio.
Excepcional ejemplo de equilibrio, el funambulista Phillipe Petit entre las Torres Gemelas de Nueva York, agosto de 1974. |
Del documental "Man on Wire" dirigido en 2008 por James Marsh |
Por tanto,
el vértigo puede tener un origen:
- Periférico: El problema se debe a la parte del oído interno relacionadas con el equilibrio: laberinto vestibular o canales semicirculares, o bien al nervio vestibular que conecta el oído interno al tronco encefálico.
- Central: El problema se produce en el encéfalo, ya sea en el cerebelo, cerebro o tronco encefálico.
El fondo con formas circulares pintado por Van Gogh en este autorretrato ha sugerido que sufría de vértigo. |
Acrofobia
Pero
ocurre con frecuencia que hay personas que afirmen padecer de vértigo, cuando
en realidad quieren referirse a la acrofobia, esto es miedo a las alturas. Etimológicamente
del griegos acros (elevado) y fobos (miedo).
Una persona con acrofobia, difícilmente se expondrá a una "montaña rusa" |
Se trata,
por tanto, de un temor a permanecer en un lugar elevado, por la percepción de
atracción del vacío y el consiguiente temor a llegar a caerse. Estas personas
sufren una alta activación fisiológica en estas situaciones, llegando a padecer
síntomas como taquicardia, sudoración, temblores y sensaciones de mareo o seudo-vertiginosas
cuando se encuentran en la situación temida. Dichas sensaciones de mareo, inestabilidad o desequilibrio han llevado a que en muchas ocasiones a este trastorno se le llame vértigo.
Las personas que padecen acrofobia habitualmente
desarrollan conductas de evitación: no se asoman a las ventanas o balcones en
edificios elevados, ni tampoco se sitúan en el borde en un mirador y mucho
menos de un precipicio (aunque la vista sea espectacular). Y evidentemente no
se atreven a practicar deportes o actividades que conlleven estar a
determinadas alturas: como la escalada, el parapente, subir en globo… Las
sensaciones de malestar se acentúan ante la visión del vacío, es decir, no es
la altura en sí, sino la “ilusión de atracción de la gravedad”.
Mirador de un rascacielos con suelo de cristal |
Ciclismo de altura, no apto para personas con acrofobia |
En muchos
casos las personas que sufren acrofobia pueden experimentar una reacción
vegetativa menor con la sola visión de una persona que está a determinada
altura (como por ejemplo, en el trapecio de un circo, o viendo a alguien
asomarse imprudentemente en una azotea) y sienten temor por la posibilidad de que esa persona sufra se precipite al vacío. Incluso hay pacientes que sufren acrofobia a los que les puede incomodar las imágenes de
documentales o películas que muestran a alguien al borde de un rascacielos o
escalando una cumbre.
La famosa fotografía "Lunch atop a skyscraper" realizada en 1932 por el fotógrafo Charles Ebbets, durante la construcción de uno de los edificios del Rockefeller Center. |
Charles Ebbets con su cámara. Desde luego ni él ni los obreros padecían acrofobia (**) |
Agorafobia
Por
último, quiero referirme a la agorafobia. En este caso la palabra proviene
también del griego: ágora (plaza
pública) y fobos (miedo), es decir,
miedo a los espacios abiertos. Sin embargo, se ha tomado el término agorafobia
de una forma más extensa.
Su
definición es el miedo a las situaciones en las que la persona percibe que
pueda resultarle difícil o embarazoso escapar, o no pueda disponer de ayuda en
el caso de sufrir una crisis de angustia o ataque de pánico. Por ello, la
persona que la padece evita dichas situaciones o las soporta con un malestar
intenso.
La persona
que sufre agorafobia (aunque estrictamente signifique temor a los espacios
abiertos) puede sentirse tremendamente incómodo en muchas otras situaciones:
espacios cerrados, lugares públicos de los que no pueda salir con facilidad, en
aglomeraciones, guardando turno en una cola (como en un supermercado),
encontrándole lejos de su hogar, al hallarse en un lugar donde no tenga
localizado un centro sanitario, en
situaciones sociales, como reuniones de trabajo de las que no pueda excusarse y
salir, en medios de transporte, especialmente si discurren por túneles o son
subterráneos.
Un centro comercial abarrotado, un lugar ansiógeno para quien padece agorafobia |
Y además
los pacientes que sufren agorafobia también suelen encontrarse ansiosos ante situaciones que incluyan
visitar o permanecer en lugares elevados, y por tanto las evitarán. Esto es, siempre tienen un cierto
componente de acrofobia en su cuadro clínico, aunque la lista de sus lugares
temidos es mucho más amplia.
Cartel publicitario de la película "Vértigo" |
“Vértigo”
es una película estadounidense, dirigida por Alfred Hitchcock en 1958. Está
basada en la novela “De entre los muertos” de los franceses Pierre Louis
Boileau y Thomas Narcejac .
El
protagonista masculino de la película sufre de acrofobia (aunque en el título
del film se ha llamado vértigo a su patología). Dicho trastorno será el núcleo de
la trama de un film negro, de suspense y con una fuerte carga psicopatológica
en varios sentidos, que bien merece ser analizado más profundamente.
Imagen de "Vértigo" |
En agosto
de 2012, la película “Vértigo” fue designada como la “Mejor Película de todos
los tiempos” en la encuesta que lleva a cabo cada diez años la revista británica
“Sight and Sound”. Durante las cinco décadas anteriores “Ciudadano Kane” de
Orson Wells había ocupado este lugar.