Cuando un bebé te atrapa el dedo, te aprisiona para toda tu vida (Y es bueno que sea así, para él y para ti) |
Cuando
estaba haciendo el último zapping antes de levantarme del sofá, para sentarme
ante el ordenador, me ha atrapado un documental sobre el músico Stephen
Sondheim, una persona a la que admiro. El documental (muy recomendable) está
producido por HBO y repasa la carrera del compositor, letrista y leyenda de
Broadway, ilustrando sus seis décadas de trabajo a través de seis canciones,
intercalándose una larga entrevista con el propio autor, que habla de su
trabajo y también de su vida.
Y
como iba a escribir acerca de la personalidad y la “teoría del apego”, algo de
lo que explica Sondheim sobre su vida, me indujo a mencionarle.
La personalidad y el apego
La
personalidad resulta de la interacción entre las cualidades temperamentales del
niño (sensibilidad, sociabilidad, cambios de humor…) y las experiencias que
este sujeto en desarrollo afrontará tanto en el seno de su familia como fuera
de ella.
La
herencia genética tiene un profundo impacto sobre el desarrollo de los humanos,
determinando las características innatas del sistema nervioso y el modo básico
de reaccionar. Por otra parte, la experiencia influye directamente en el
desarrollo infantil, ya que es capaz de activar determinados genes, y en
consecuencia, modelar la estructura cerebral. En este sentido, la oposición
entre naturaleza y ambiente es falsa, porque para el desarrollo óptimo del ser
humano, la naturaleza (genética) necesita de la cultura o el ambiente (la
experiencia).
Las
primeras experiencias de un recién nacido están en relación a los cuidados que
recibe, por lo que necesita desarrollar una relación con -al menos- un cuidador
principal para que su desarrollo social y emocional se produzca con normalidad
(a esto se denomina “Teoría del apego”).
Dr. John Bowlby |
En
1948, la Organización Mundial de la Salud, solicitó al psiquiatra y
psicoanalista de origen escocés John Bowlby (1907-1990) que trabajaba en el
departamento infantil de la Clínica Tavistock de Londres, una investigación
acerca de las necesidades de los niños huérfanos, sin hogar y por tanto
separados de sus familias a consecuencia de la II Guerra Mundial.
Tras
dichos estudios, Bowlby formuló la “Teoría del apego”, describiendo éste como
el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres (o cuidadores) y que
le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de
la personalidad. La tesis fundamental de la Teoría del Apego es que el estado
de seguridad, ansiedad o temor de un niño es determinado en gran medida por la
accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de afecto
(persona con que se establece el vínculo).
El
apego proporciona la seguridad emocional del niño: ser aceptado y protegido
incondicionalmente. Está planteamiento también puede observarse en distintas
especies animales y que tiene las mismas consecuencias: la proximidad deseada
de la madre como base para la protección y la continuidad de la especie.
El
trabajo de Bowlby, cuya formulación fue muy criticada en sus orígenes por el
academicismo psicoanalítico de la época, estuvo fuertemente influenciado por la
etología, especialmente por otros dos autores:
Dos jóvenes macacos Rhesus con su mamá |
- Konrad Lorenz (1903-1989) quien en sus estudios con gansos y patos reveló que las aves podían desarrollar un fuerte vínculo con la madre (teoría instintiva) sin que el alimento estuviera por medio.
- Harry
F. Harlow (1905-1981) de la Universidad de Wisconsin, con sus experimentos con
macacos Rhesus. Este investigador desarrolló distintas estrategias para
observar la conducta de los pequeños primates en situaciones de separación
parcial y total de su madre. Los bebés rhesus
emitían gritos agudos, intentaban reunirse con ella y corrían de manera
desorientada por la jaula. Asimismo, separados de su madre mostraban poco
interés por jugar e interactuar con sus congéneres. Cuando el tiempo de
aislamiento de estos jóvenes primates duraba unos tres meses, los efectos para
ellos eran devastadores: retraimiento, síntomas de depresión y alteraciones
conductuales.
Harry Harlow, con un bebé Rhesus
Así, según la teoría del apego
las criaturas humanas nacen con un repertorio de conductas (la succión, las
sonrisas reflejas, el balbuceo, el llanto) las cuales tienen como finalidad
producir repuestas en los padres, para obtener la proximidad y como base de
seguridad desde la que explora el mundo. La teoría del apego tiene una
relevancia universal, la importancia del contacto continuo con el bebé, sus
cuidados y la sensibilidad a sus demandas están presentes en todos los modelos
de crianzas derivados de los diferentes medios culturales.
Dra. Mary Ainsworth, en su obra que amplia las observaciones sobre el apego |
Años más tarde, la Dra. Mary
Ainsworth (1913-1999) en su trabajo con niños en Uganda, describió tres
patrones principales de apego:
- Apego seguro, éste se da cuando la persona que cuida demuestra cariño, protección, disponibilidad y atención a las señales del bebé, lo que le permite desarrollar un concepto de sí mismo positivo y un sentimiento de confianza. En el dominio interpersonal, las personas seguras tienden a ser más cálidas, estables y con relaciones íntimas satisfactorias, Con respecto a su autoimagen tienden a ser más positivas, integradas y con perspectivas coherentes de sí mismo.
- Apego ansioso: Cuando el cuidador está física y emocionalmente disponible sólo en ciertas ocasiones, lo que hace al individuo más propenso a la ansiedad de separación y al temor de explorar el mundo. No tienen expectativas de confianza respecto al acceso y respuesta de sus cuidadores, debido a la inconsistencia en las habilidades emocionales. Es evidente un fuerte deseo de intimidad, pero a la vez una sensación de inseguridad respecto a los demás.
- Apego desorganizado/desorientado: El cuidador ante las señales del niño tiene respuesta desproporcionadas y/o inadecuadas, incluso en su desesperación, al no poder calmar al niño, el cuidador entra en procesos de disociación. Esta conducta del adulto desorienta al niño y no le da seguridad y le genera ansiedad adicional.
El apego, presente en todas las culturas humanas |
Y volvemos a Sondheim…
Stephen Joshua Sondheim, nació en Nueva York en 1930, en el seno de una familia judía acomodada, dedicada al negocio textil. En el
documental, Sondheim describe haber tenido una infancia triste, aislada y con
gran abandono emocional, su madre siempre le manifestó una gran hostilidad, que
aumentó incluso cuando sus padres se divorciaron, cuando Stephen tenía diez
años. A pesar de ello, siempre mantuvo la esperanza de un acercamiento o una
reconciliación, pero la última noticia que tuvo de su madre fue una carta que
ella escribió antes de someterse a una intervención quirúrgica grave. En ella,
la madre le decía que en tan grave circunstancia, de lo único que se arrepentía
era haberle dado a luz. Aterra pensar en tan duras palabras escritas por una
madre a un hijo.
Afortunadamente para Sondheim, el padre
de su amigo James, suplió la figura paterna. Y este señor era nada menos que el
compositor Oscar Hammerstein II, que ejerció una fuerte influencia sobre él,
desarrollando su amor por la música, la poesía y el teatro, siendo su maestro,
mentor y su más sincero crítico.
Oscar Hammerstein y su familia, a su derecha un joven Stephen Sondheim |
Sondheim, con su media sonrisa habitual |
En el documental de la HBO, un anciano
Sondheim se emociona hasta el llanto al recordar la figura de Hammerstein, a la vez que reflexiona sobre la
paternidad, diciendo algo así:
“No he tenido hijos, y me hubiera gustado tenerlos. He pensado mucho en la paternidad y creo que lo más importante de tener hijos es enseñarles, transmitirles el amor por la vida, por la música, por la gente… y aprender de ellos, como he aprendido de mis alumnos, de los actores, de los cantantes.”
Sondheim fue un niño infeliz, y de adulto
es una persona en extremo introvertida y solitaria, aunque siempre con gesto amable. A pesar la amargura de su infancia, su pasión por la música y el teatro le ha llevado a hacer feliz a mucha gente con su música y las letras de sus canciones. Ha compuesto
la letra y la música de dieciséis musicales (“Company”,
“A little night music”, “Sweeney Todd”, “Assassins”, “In to the Woods”, y “Sunday in the Park with George” entre
otros) y la letra de otros tres, entre ellos el archiconocido “West Side Story”. Cuenta con un
palmarés impresionante: un Oscar, ocho premios Tony de teatro (más que ningún
otro compositor), ocho premios Grammy, un premio Pulitzer y varios premios
“Lawrence Olivier” (los premios del teatro británico). Además de compositor ha
sido considerado como el letrista más importante en lengua inglesa.
"Send in the clowns" la canción más famosa de Sondheim, del musical "A little night music". Canta Bernardette Peters, al piano el compositor
La obra por la que se le concedió el
premio Pulitzer fue “Sunday in the Park
with George” estrenada en 1986, una recreación de la vida del pintor francés George Seurat,
cuyo cuadro más importante “Un dimanche
après-midi à l’île de la Gran Jatte” inspiró a Sondheim y al guionista y
director James Lapine. Esta producción se convirtió en una meditación sobre el
arte, la conexión emocional y la comunidad.
La canción "Sunday" de esta obra:
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