domingo, 31 de agosto de 2014

FORMAS DE ANSIEDAD (I)


Algún paisaje nos puede desasosegar y producir ansiedad


Que gran confusión con la palabra ansiedad: la utilizamos de diferente manera, con diferentes significados y en un número también variado de contextos, que a veces pueden resultarnos confusos.

En primer lugar, ¿cómo definiríamos la ansiedad desde un punto de vista biológico?

La definición más aceptada es que la ansiedad es un estado del organismo en el que éste se sitúa en alerta con respecto a una amenaza a su integridad (física o psicológica), y dicha alerta posibilita un gasto suplementario de energía.

Tiene una función muy importante con la supervivencia, ya que para preservar su integridad física el ser humano ha tenido que poner en marcha durante millones de años, respuestas adaptativas, como la reacción de lucha o huida.
Los humanos primitivos precisaban del miedo para luchar o huir de sus depredadores



Y a su vez ¿qué es la reacción de lucha o huida?
El fisiólogo Walter B. Cannon

También conocida como respuesta de estrés agudo, es el conjunto de respuestas fisiológicas ante la percepción de daño, ataque o amenaza a la supervivencia. Fue descrita inicialmente por el fisiólogo Walter Cannon, indicando que los animales reaccionan con una descarga general del sistema nervioso simpático, que les prepara para luchar o escapar.


Ello se debe, más concretamente, a que la médula adrenal produce una descarga de hormonas (adrenalina, especialmente).
Esta reacción es reconocida como la primera fase de un síndrome de adaptación general, que regula las respuestas de estrés no sólo de los seres humanos, sino en general de los vertebrados, pero también de otros organismos. 

Reconsideremos de nuevo nuestra definición anterior de ansiedad, e intentemos pormenorizarla. Podremos decir que la ansiedad es:
Ansiedad: sentimiento de temor y zozobra
1.  Un sentimiento subjetivo de temor indefinido, incomodidad, “discomfort”, inseguridad, tensión. Más o menos todos sabemos a que nos referimos, aunque la expresión verbal puede cambiar de una persona a otra, dependiendo en parte de la subjetividad y de factores socioculturales. Algunos pueden expresar claramente “miedo”, otras inquietud o nerviosismo, e incluso otras personas, desazón, desasosiego, angustia o zozobra.

2.      Un estado fisiológico de activación (que se conoce como aumento del arousal) de los mecanismos de control córtico-subcortical, mediatizados fundamentalmente por la formación reticular y cuyo resultado es una hipervigilancia (incremento de la alerta).

3.      Un conjunto de cambios fisiológicos periféricos que se han producido por el sistema nervioso neurovegetativo. Estos elementos constituyen la mayor parte de los síntomas y signos que pueden objetivarse en la exploración del individuo.
Ansiedad: conjunto de cambios fisiológicos periféricos

Todo este dispositivo psicofisiológico complejo, es básicamente el mismo del miedo. Su existencia y disponibilidad es por tanto necesaria. Supone una defensa del organismo ante situaciones de estrés, es decir, ante estímulos que alteran el equilibrio del organismo.
El miedo a los animales salvajes es claramente adaptativo para la especie

Por tanto, en muchas ocasiones hablaremos de ANSIEDAD NORMAL, cuando el dispositivo funciona ante determinadas situaciones de estrés. Sin embargo, esta respuesta es de intensidad leve o moderada, y de duración limitada, ante estímulos previsibles y comunes, y con un grado acotado de interferencia en la vida cotidiana. 


Es normal que Nemo y Dolly sientan miedo del tiburón...


Como ejemplo cotidiano podríamos decir ¿quién no ha percibido ansiedad ante un examen? Y el incremento del estado de alerta (si no es excesivo) puede ayudar a estar más atento durante el mismo.

Esta normal ansiedad por un examen, puede convertirse en patológica

Sin embargo, la ANSIEDAD se considera PATOLÓGICA cuando se dan las siguientes circunstancias:
·               La inadecuación entre estímulos o situaciones y la compleja respuesta de alerta. (Supongamos que ante el mismo examen, la persona sufre tantos síntomas vegetativos o experimenta tal temor, que es incapaz de acudir al mismo).
·               La persistencia en el tiempo de ese estado de alerta, más allá de los límites adaptativos. (Ya se ha hecho el examen, y sin embargo persiste la situación de temor y todo el cortejo de síntomas fisiológicos acompañantes).
·               No existe un estímulo identificable que desencadene la respuesta de ansiedad. (Nada ha pasado, y nos sentimos como si tuviéramos que enfrentarnos a un juicio o algo similar).

Evidentemente, existe un continuum entre la ansiedad normal y la patológica, de tal forma que no hay una frontera clara que los separe. Y es muy habitual que se vea modulada por el estado general del individuo, la intensidad del estrés y también del tiempo que el individuo haya padecido dicho estrés. Es decir, una persona que habitualmente sobrelleve situaciones cotidianas de estrés, puede tener una respuesta de ansiedad patológica ante estímulos similares si durante un período de tiempo ha padecido otras amenazas a su equilibrio psicofísico.  


Cuanto más tiempo permanece una situación estressante más probabilidades hay de que la respuesta de ansiedad se convierta en patológica




jueves, 21 de agosto de 2014

Pero ¿quién cuida al cuidador? La historia de Vincent y Theo.

Theo a la izquierda de la imagen y Vincent, a la derecha.
Ambos retratos son obra de Vincent van Gogh
Las personas (no profesionales, es decir los familiares) que cuidan a pacientes que sufren deterioro cognitivo, alteraciones de la memoria y trastornos de conducta son una población con una elevada situación de estrés y alto riesgo de enfermar.
Por una parte, el cuidador experimenta un sentimiento de responsabilidad hacia su familiar enfermo, que hace que le resulte difícil conciliar otras facetas de su vida personal, como las relaciones con otros miembros de su familia, sus otras relaciones personales, llevar a cabo su trabajo o actividades habituales, y especialmente su autocuidado, ya que apenas disponen de tiempo para sí mismos.
"Cuídame, como yo te cuidé a ti"
Pero también, las alteraciones de conducta no siempre son bien entendidas por un cuidador no profesional, ya que resulta sorprendente e inquietante no reconocer la personalidad del familiar enfermo. Como además, el estado clínico fluctúa (es decir tienen oscilaciones, días y momentos mejores y peores), se produce una cierta perplejidad que puede devenir en pérdida de la paciente e incluso irritabilidad.
En la película "Love actually", Sarah lo deja todo cuando la llama su hermano,
 enfermo mental e ingresado en una institución
Por tanto, es un muy importante el soporte y cuidado del cuidador, ya que no solo hay que intentar mejorar la calidad de vida del enfermo diagnosticado, sino también de las personas que se hacen cargo del paciente. 

Theodorus van Gogh en 1888
Theodorus van Gogh (1857-1891) es mucho más conocido por ser hermano del famoso pintor, que por sí mismo.
No obstante, el papel que jugó Theo en la vida y obra de Vincent, fue fundamental, ya que le prestó el apoyo financiero y en la medida que pudo el apoyo emocional para que este se dedicara exclusivamente a la pintura.
Vincent y Theo eran hijos de un humilde pastor protestante de la provincia de Brabante en los Países Bajos. Vincent nació el 1853 y recibió el mismo nombre que el primogénito de la familia, nacido un año antes y fallecido a las pocas horas. Theodorus era cuatro años menor, La familia tuvo otros cuatro hijos: Willhelmina, Elisabetha, Anna Cornelia y Cornelius.

La familia van Gogh al completo. El primero a la izquierda Vincent, el tercero Theo. 

Theo admiraba profundamente a su hermano, y en principio siguió los pasos profesionales de éste, ya que Vincent –a pesar de su inclinación al dibujo-  se empleó siendo muy joven en la galería “Goupil & Cie” una importante compañía internacional de comercio de arte de La Haya. El hermano menor Theo empezó a trabajar en la sede de Bruselas de la misma empresa. En esta galería siguieron ambos durante unos años, Vincent fue trasladado a Londres, aunque fue despedido en 1878.  Theodorus, sin embargo, destacó como marchante, y en el invierno de 1880 fue a parar a la sede central de París.
La galeria Goupil et Cie, en la Place de l'Opera de París

Theo van Gogh contribuyó extraordinariamente a la popularidad de artistas impresionistas como Claude Monet y Edgar Degas convenciendo a sus patronos que expusieran la obra de estos pintores,  aunque por razones éticas no hizo lo mismo con las de su hermano.
"Claude Monet pintando en su jardín"
a su vez, pintado por Renoir, 1873

Sin embargo, Theo ayudó constantemente a Vincent para que este pudiera dedicarse a su auténtica vocación, procurándole medios económicos y el soporte emocional que tanto necesitaba el genio pero inestable Vincent. Es Theo quien imprime veinte litografías de una de sus grandes obras tempranas “Los comedores de patatas” para venderlas a precios asequibles y conseguir dinero para su hermano.

"Los comedores de patatas", Vincent van Gogh, 1888
Una de las litografías de la obra anterior. Vemos que están invertidos los personajes

En 1886, Theo insiste en que Vincent vaya a vivir con él y alquila para ambos una casa en el parisino barrio de Montmartre. En ese momento, Theodorus que trabajaba en otra galería “Boussod & Valadon” en competencia con otros marchantes se había hecho con una parte importante de la obra de los impresionistas, sobre todo la de Monet. Theo además pone a Vincent en contacto con otros pintores: Paul Gauguin, Paul Cézanne, Henri Toulouse-Lautrec, Henri Rousseau, Camille Pissarro  y Georges Seurat, lo que produjo una paleta más colorida y luminosa en la obra de Van Gogh. Sin embargo, durante los dos años de convivencia los hermanos tuvieron múltiples fricciones y siempre tuvo que se Theo el que cediese y perdonase.
Como Vincent van Gogh se había trasladado a Arlés, ya que no soportaba vivir en París. En esa época, un Vincent entusiasmado por el paisaje provenzal escribe a Theo:

He pasado una semana en Saintes-Maries. En la playa de arena había pequeñas barcas verdes, rojas y azules, de formas y colores tan bellos que hacían pensar en flores. Son tan pequeñas que casi nunca van a alta mar. Salen cuando no hace viento y vuelven a tierra cuando sopla con demasiada fuerza”
    
"Las barcas de Saintes-Maries"

"La casa amarilla" 1888
Theo, representante de Gauguin le persuade para que visite a Vincent en Arlés, donde vivirán en la célebre "casa amarilla". Theo le había proporcionado trescientos francos a su hermano para que pudiera acondicionarla. 





La famosa pintura del dormitorio del artista en la casa de Arlés












Inicialmente, ambos artistas trabajan, se retratan mutuamente y pintan algunos lugares históricos de Arlés, desde el punto de vista de cada cual. 
La avenida des Alyscamps de Arlés.
Arriba, según van Gogh
Abajo, según Gaugin


Autorretrato de Vincent, con un vendaje en la oreja
Sin embargo, con el paso de las semanas la convivencia fue empeorando, debido al carácter muy temperamental de ambos. Entonces, en el mes de diciembre de 1888 se produce el famoso altercado que dio lugar a la pérdida de parte de la oreja izquierda de Van Gogh. Gaugin declaró a la policía que la pérdida de la oreja de Vincent se había debido a una autolesión, y explica que fue como resultado del disgusto que le produjo la noticia de que su hermano Theo iba a casarse.
En efecto en 1889, Theo se casa con Johanna Bonger, y al año siguiente nace su único hijo Willem. Tras el matrimonio de Theo, Vincent decide internarse voluntariamente en el hospital mental de Saint-Paul-de-Mausole, que ocupaba un antiguo monasterio en la localidad provenzal de Saint-Remy, a unos treinta quilómetros de Arlés.
De todos es conocido que Vincent van Gogh sufrió frecuentes brotes de enfermedad mental a lo largo de su vida (aunque el diagnóstico es controvertido, se habla de un trastorno esquizofrénico o bien de una psicosis maníaco depresiva grave).
Un cuadro característico de la época del internamiento de Vincent van Gogh en Saint-Remy
"La noche estrellada"
"La viña roja" uno de los pocos cuadros vendidos en vida del pintor
Durante su estancia en Saint-Rémy, Vincent sigue pintando, y de esta época su pintura se caracteriza por la presencia  de remolinos, que dota a sus cuadros de una gran vitalidad rítmica.
A pesar del inicial enfado de Vincent, el pintor y  Theo se mantienen en estrecho contacto, y es el marchante quien presenta los cuadros que su hermano le indica en diferentes exposiciones, como el Salón de los Independientes de París, y también en Bruselas.
Sin embargo, la enfermedad de Vincent progresa y vuelve a padecer nuevos colapsos, con gran angustia, terror, alucinaciones y accesos de ira. Vincent decide abandonar la clínica, pasa fugazmente por París para ver a su hermano y se establece en Auvers-sur-Oise.

La iglesia de Auvers
En esta localidad, cercana a París, se instala en una pensión.  Un médico amigo de Theo y aficionado a la pintura, Paul Gachet, se ofrece a cuidarle y visitarle. En esa época Vincnt pinta frenéticamente, desde los paisajes de Auvers hasta retratos del Dr. Gachet y su hija Marguerite. 

"Retrato del Dr. Paul Gachet" (1890)

                                             
A pesar de que existe una tendencia general a especular sobre la influencia de su enfermedad mental sobre su pintura, diversos críticos de arte,  aseguran que las obras del artista están ejecutadas con un completo control.


En sus últimos meses de vida, Vincent pinta frenéticamente
  


Durante su estancia en Auvers, Theo y Vincent siguen su continuo contacto epistolar y Vincent incluye a su cuñada a la que llama Jo en sus cartas.  Además el marchante y su mujer Johanna le visitan y atienden. Sin embargo, en febrero de 1890, Van Gogh sufrió una nueva crisis, que dura hasta finales de abril. Tras un breve período de mejoría, el 27 de julio de 1890, mientras paseaba por el campo, se disparó un tiro en el pecho con un revólver. No obstante, volvió por su propio pie a la pensión donde se alojaba, sin percibir que su herida era mortal. Murió en su cama dos días después en brazos de su hermano Theo.
La gran amistad y unión entre los hermanos está documentada en las numerosas cartas que se escribieron desde agosto de 1872 (unas seiscientas cincuenta). En ellas le cuenta a su hermano todo lo que hace, su visión de la pintura y de otros pintores, le describe maravillosamente los paisajes que quiere pintar,  le confía sus pensamientos. También le cuenta su situación económica (normalmente desastrosa) y le agradece las cantidades que Theo le iba enviando. 

“Pues bien, mi trabajo; arriesgo mi vida y mi razón destruida a medias -bueno- pero tu no estás entre los marchantes de hombres, que yo sepa, y puedes tomar partido, me parece, procediendo realmente con humanidad, pero ¿qué quieres? 

Estas son  palabras de Vincent en su última carta a Theo, que no llegó a enviar, se encontró junto a su cama. 
Vincent fue enterrado en el cementerio de Auvers-sur-Oise. Y su querido hermano también tuvo un final prematuro y trágico. Theo sufrió una crisis nerviosa, posiblemente secundaria a una insuficiencia renal (o tal vez padecía de sífilis, según otros autores) y hubo de ser ingresado en una clínica de Utrecht, donde falleció el 25 de enero de 1891, seis meses después de la muerte de su hermano.
En 1914, los restos mortales de Theodorus van Gogh fueron trasladados y se enterró junto a la tumba de su hermano en Auvers.













miércoles, 20 de agosto de 2014

Good morning, Robin. El mito del payaso triste...



... y también adiós. 


Robin Williams en una foto reciente. Triste mirada. 

Durante las vacaciones siempre nos sorprende alguna noticia, por inesperada y discordante con esta época.   

En esta ocasión ha sido la muerte por suicidio consumado del actor Robin Williams. Tenía 63 años y era una persona exitosa y reconocida en su profesión (había ganado un Oscar en 1997, varios Globos de Oro y recibido en 2005 el Premio Cecil B. de Mille a la mejor trayectoria profesional). También se le conocía como filántropo, ya que dedicaba parte de su tiempo y su dinero a distintas causas, y también he leído que ayudó económicamente a su amigo Christopher Reeves y a su familia tras su fatal accidente.
Williams en el cartel publicitario
de "Good morning, Vietnam"

Se inició como actor de comedia (un histrión*) primero en televisión y luego en el cine. “Good Morning, Vietnam” fue su primer éxito. Pero también actuó con otros registros como en “El club de los poetas muertos” (en la que Williams interpretaba el papel de profesor de literatura, y como gran ironía y retruécano del destino en esa película uno de sus pupilos se suicidaba al no soportar la incomprensión de su padre frente a su vocación: ser actor).






Aquí, como un extravagante y sensible profesor de literatura: 


Williams alternó muchos trabajos comerciales con propuestas más serias y había sido muy alabado por sus interpretaciones en “Retratos de una obsesión” e “Insomnio”, ambas de 2002.

En los periódicos que informaban de la noticia he leído que el actor sufría un cuadro depresivo, pero también entre sus antecedentes destacaban una dilatada historia de adicciones: a la cocaína, al alcohol… Se había sometido a tratamientos de desintoxicación, pero había recaído en el consumo de alcohol hace varios años. Su último ingreso para desintoxicación alcohólica fue hace unos meses. Mala combinación para la salud las drogas, el alcohol, la depresión…

Obviamente es una temeridad hablar de la enfermedad de una persona a la que nunca has entrevistado, conocido, ni tratado médicamente…  por mucha información que den los diarios. Escriben sobre el mito del  payaso triste (**) que ríe por no llorar y también sobre los reveses que sufrió Williams en su vida: la muerte de amigos, John Belushi, también actor y víctima de una sobredosis; de Revees-Superman que acabó sus días en silla de ruedas, o la más reciente la de su hermano.

Como mucha gente del espectáculo su vida personal fue algo inestable, tres matrimonios, dos divorcios, tres hijos ya adultos de los que decía que “eran su motor y motivación en la vida”… ya que el actor en varias entrevistas se había referido con toda franqueza a sus adicciones.

Leo también otro apunte clínico, su actual esposa Susan ha aireado que en fecha reciente se le había diagnosticado un estadio precoz de enfermedad de Parkinson, dato que Robin todavía no había asimilado y que tampoco quería hacer público. Muchos pacientes con Parkinson también sufren cuadros depresivos… quién sabe si era el motivo de su aflicción.

Como sea, nunca sabremos la causa última de su tristeza, desamparo, desaliento y su abandono final, ya que la solución de este enigma se lo lleva el paciente consigo.

Siempre pienso que el suicidio es un acto agresivo contra uno mismo (esto es evidente) aunque para el paciente puede significar una vía de escape, pero también que es un acto tremendamente agresivo hacia su entorno. ¿Qué sentirán sus hijos, su mujer, sus amigos… aquellos que le quisieron como persona, no como personaje? Qué dolor por no haberle podido tender una mano, porque la desesperación del suicida sea superior al amor, al prestigio y desde luego al dinero. Insisto, mala combinación cocaína, alcohol…

Sin embargo, de esta muerte lo que me preocupa es cómo la noticia del suicidio de un famoso puede afectar a pacientes que sufren cualquier cuadro psicológico, especialmente si han sido diagnosticados de depresión.  Aunque su trastorno no sea similar, ni nunca hayan pensado en quitarse la vida siempre se abren interrogantes: “¿Sería capaz de hacerlo yo?”  “¿Podría llegar a perder la razón hasta el punto de llegar a suicidarme?”. Y porque además tiñe de fatalidad la lucha que contra la depresión tiene que lidiar aquel que la sufre.

Aunque como en cualquier enfermedad no todas las depresiones se superan,  LA INMENSA MAYORÍA DE LOS CUADROS DEPRESIVOS SE PUEDEN CURAR: con ayuda profesional, con tratamientos, con cambios en el estilo de vida, con soporte familiar, con tesón. 

Y siempre, siempre, siempre evitando las drogas, especialmente ese sórdido veneno que es la cocaína y la terrible combinación de ésta con el alcohol, ya que producen una importante alteración en los mecanismos de neurotransmisión cerebral y dificultan su recuperación.   


(*) Histrión:
Máscara histriónica de teatro grecolatino

Histrión era el nombre que se daba el teatro grecolatino al actor que actuaba disfrazado. En la antigua Roma los histriones eran objeto de desprecio, ya que por su condición de siervos no podían adquirir el derecho a alcanzar la ciudadanía romana.

Más tarde la palabra sirvió para designar a los actores teatrales en general, aunque conservó cierto matiz peyorativo al aludir también a personas que en su vida cotidiana actúan con demasiada afectación.

(**) El mito del payaso triste:

Se refiere a Canio, personaje de la ópera Pagliacci, compuesta por Ruggero Leoncavallo que también es autor del libreto. Fue estrenada en 1892 convirtiéndose en un gran éxito. 
Representación verista de "Pagliacci", con una puesta en escena similar a la de su estreno


Una de las arias más famosas es "Vesti la giubba" (Ponte el traje), que sintetiza el estereotipo de aquel que debe fingir alegría ante el públic, a pesar de su tragedia privada. Excepcional en la voz de Luciano Pavarotti: 


Canio representa el arquetipo de payaso triste, condenado a reír mientras la tragedia corroe su corazón. Es un personaje característico de la literatura, la música y la pintura de la Belle Époque, que de la mano de Charles Chaplin, otro gran histrión, se convertiría en uno de los iconos del siglo XX.


PAGLIACCI:

El gran tenor Enrico Caruso en el papel de Canio

Chaplin en la película "A dog`s life"

Robin Williams en el film "Patch Adams"