Realmente, EL HUMO CIEGA TUS OJOS...
La abstinencia al tabaco
Ya hemos visto que la principal sustancia adictiva que contienen los cigarrillos y otras formas de tabaco es la
nicotina. La nicotina ocupa un tipo de receptores cerebrales para la
acetilcolina (y por este motivo son
llamados receptores nicotínicos).
Por tanto esta ocupación
de receptores genera una serie de cambios en nuestro sistema nerviosa que
conducen a la adicción. No todos los consumidores de tabaco son
adictos a la nicotina, pero sí la gran mayoría (entre el 85 y el 90%).
Obviamente, como cualquier sustancia adictiva, cuando se elimina su consumo se
producen unos síntomas de abstinencia, ya que el cuerpo tiene que adaptarse a
no disponer de la sustancia.
Una gran cantidad de los fumadores
habituales han intentado dejar de fumar… y muchos lo han conseguido por
períodos más o menos largos de tiempo. Por tanto, el fumador normalmente
“conoce” estos síntomas de abstinencia… y lo que es peor, les teme. Pero ¿y si los comparamos con los riesgos para la salud que conlleva el tabaco?
Riesgos reales del tabaco |
¿Cuáles son dichos síntomas?
En primer lugar, hay que especificar
que son diferentes para cada persona que fuma, y ello depende de la cantidad de
tabaco que se usa, del contenido en nicotina del mismo, del tiempo de adicción,
y sobre todo de factores idiosincráticos, como las variables de personalidad del
sujeto, sus hábitos y a que otros estímulos se ha asociado el consumo de
tabaco. Sin embargo, algunos de los síntomas más comunes son:
- Irritabilidad, mal humor, ánimo irascible.
- Sensación de desánimo o tristeza.
- Dificultad para concentrarse.
- Sensación de inquietud o nerviosismo.
- Dificultades para dormir.
- Disminución de la frecuencia cardíaca.
- Aumento de apetito y peso.
- Deseo de fumar (“craving”).
Sin embargo, hay que aclarar que para
la mayoría de las personas los síntomas no duran más allá de un par de semanas…
Y los síntomas residuales van desapareciendo tras el primer mes de abstinencia,
vamos a ver los más relevantes.
Tras dejar el hábito la persona puede
sentirse tensa
e irritable, también es posible que se muestre más intolerante con
otros, y en razón de dicha irritabilidad, algo más discutidor ya que las emociones negativas más comunes asociadas
con dejar de fumar son la ira, la frustración y la irritabilidad. No obstante,
dichas sensaciones no suelen durar más allá de dos semanas.
En cuanto al estado de ánimo triste y depresivo, aunque siempre se describe como síntoma de la abstinencia al tabaco, creo que es poco relevante, excepto que la persona ya estuviera sufriendo un cuadro
depresivo, y que en ese momento el hecho de dejar de fumar exacerbara la sensación de tristeza, o mejor dicho no pudiera servirse del alivio momentáneo
de la ansiedad que representa encender y fumar un cigarrillo.
Las personas que suman suelen tener un
peso algo inferior que el que les corresponde por la ingesta que realizan. Por
eso con la abstinencia del tabaco, puede producirse un aumento de peso (normalmente leve) que los sitúa en el peso
normal que les correspondería. Sin embargo, en nuestra sociedad, con el culto a
la imagen y a la delgadez, algunas personas pueden tener una cierta
aprensión a dejar de fumar ante el temor de que se produzca un incremento de su
peso y esta puede ser una razón importante que mantenga el hábito.
Por último, el anhelo de fumar puede durar bastante más tiempo,
constituyendo la principal causa de recaída en la abstinencia…
“Un día, casi sin darme cuenta me apeteció un cigarrillo… y
me dije, bueno solo uno”.
Este anhelo de fumar es consecuencia de:
· 1. La adicción:
Al fumar constantemente, el fumador se
acostumbra a tener cierto grado de nicotina en su cuerpo; casi todos los
fumadores han experimentado que tienen ganas de fumar al cabo de unas dos horas
de haber consumido el cigarrillo anterior. (Un buen amigo mío sale disparado de
la butaca del cine, a velocidad vertiginosa… para fumar en el exterior. Seguro que todos
conocemos a alguien a quien le ocurre lo mismo).
Que película está viendo... |
La nicotina produce adicción |
Es el tiempo de adaptación de sus receptores nicotínicos a la falta de nicotina.
Además, muchos fumadores adictos a la nicotina son además fumadores "testimoniales" que creen mantener cierta actitud de rebeldía frente a las normas administrativas y la presión social que dificultan su consumo. Algunos se sientes "atacados" y manifiestan que no se plantean dejar de fumar. A éstos les recomendaría que pensaran si son ellos quienes piensan así, o sus receptores nicotínicos han tomado el timón de alguna decisión.
· 2. El hábito:
Pero además, no hay que olvidar que el
tabaco y su consumo están asociado a múltiples situaciones, tanto sociales como
personales. Algunas personas fuman mientras conducen (para distraerse) o cuando
están realizando alguna actividad tediosa (a la espera de un interlocutor al
teléfono); también muchos tienen asociado un cigarrillo para concentrarse en una
tarea, y todo lo contrario en momentos de relajación o pausas en el trabajo…
Asimismo ya hemos comentado el efecto sobre el sistema digestivo, por lo que
para muchas personas es especialmente placentero el hecho de fumar tras una
comida copiosa (o no tan copiosa).
Fumar y conducir, peligroso para la salud y para el tráfico |
Otra asociación frecuente es la de café
y tabaco… y también la de alcohol y tabaco, sobre todo en salidas nocturnas.
Fumar y beber, asociación frecuente |
Obviamente, estar en compañía de
fumadores fomenta el consumo de tabaco, que se realiza casi inconscientemente.
3. El estrés:
3. El estrés:
Por otra parte, muchas personas
utilizan el tabaco como ansiolítico y en situaciones de estrés o alta demanda ambiental, les puede ser más complicado eliminar el consumo. También hay que decir, que como es imposible eliminar todas las situaciones que supongan inconvenientes o contratiempos en la vida, si nos ponemos a "hilar demasiado fino" nunca será el momento adecuado para dejar de fumar.
A su vez, hay pacientes que utilizan el tabaco en sentido contrario, como estimulante. Este consumo se ve especialmente en aquellas personas con diagnósticos psiquiátricos de patología severa.
¿A que este fumador parece estresado? |
A su vez, hay pacientes que utilizan el tabaco en sentido contrario, como estimulante. Este consumo se ve especialmente en aquellas personas con diagnósticos psiquiátricos de patología severa.
Los beneficios de dejar el tabaco
Evidentemente todos los síntomas asociados a la abstinencia
al tabaco no son en absoluto peligrosos para la salud, al contrario, aunque si
pueden representar bastantes molestias.
Como ya he apuntado, la mayoría de los "adictos al tabaco" han intentado dejar de fumar en algún momento, y por tanto ya han vivido estas molestias, por lo tanto es posible que los fumadores experimenten una cierta fobia a pasar de nuevo por las molestias de una retirada del tabaco, lo cual dificultará enormemente hallar el momento para eliminar de su vida la cajetilla, el humo y los riesgos para la salud.
Como ya he apuntado, la mayoría de los "adictos al tabaco" han intentado dejar de fumar en algún momento, y por tanto ya han vivido estas molestias, por lo tanto es posible que los fumadores experimenten una cierta fobia a pasar de nuevo por las molestias de una retirada del tabaco, lo cual dificultará enormemente hallar el momento para eliminar de su vida la cajetilla, el humo y los riesgos para la salud.
Sin más palabras... |
Es indudable que para la salud, abandonar el hábito de fumar
representa un gran beneficio. Podemos verlo especificado en la siguiente
imagen:
Este esquema nos muestra los beneficios de la abstinencia al tabaco. Vale la pena mirarlo con detenimiento. |
* Mejora el aliento.
* Los dientes están más blancos.
* Desaparece el olor desagradable de la ropa y el cabello.
* También la tinción amarillenta en los dedos y las uñas desaparece.
* Se saborean mejor los alimentos, y se normaliza también el olfato.
De verdad, queeremos perder la fragancia del jazmín trepador por unos cuantos cigarrillos |
* Actividades físicas como subir escaleras no nos dejan sin aliento.
* Se puede permanecer en lugares "libres de humo" sin necesidad de salir a un lugar permitido para fumar.
Fumadores contra las inclemencias del tiempo |
La legión de fumadores
(ó un poquito de epidemiología)
Datos de la OMS (referidos a 2010) indican que en el mundo
existen más de 1250 millones de fumadores, lo que representa aproximadamente un
tercio de la población de más de 15 años. Normalmente el ratio entre fumadores
hombres y mujeres era de 5:1, pero la brecha de género disminuye si
consideramos a población más joven, por lo que ahora se considera (a nivel
mundial) que el 47% de los varones fuman y también lo hacen el 11% de las
mujeres.
Sin embargo, hay grandes diferencias entre países y zonas
del planeta. En los países desarrollados las tasas de tabaquismo en hombres han
comenzado a disminuir, y también algo para las mujeres.
Las mayores prevalencias en el mundo se encuentran en
Vietnam (73%), Chile (68%), parte de África y la República Dominicana (66%)
para los hombres. Curiosamente los países que lideran la estadística de
fumadoras son países muy avanzados como Dinamarca y Noruega (37 y 36%), siendo
también muy elevada en Austria, donde además se consumen otros productos del
tabaco.
Por países: porcentaje de varones consumidores de cualquier producto del tabaco |
Por su elevada población, China, India y Rusia son los
países que cuentan con más fumadores entre sus habitantes. En España, el consumo se sitúa en el 36% de la población general.
Pero además, de toda esta maraña de datos estadísticos que
proporciona la OMS, lo que me parece más alarmante es que afirma que a partir
de 2002 (o sea desde hace doce años) se calcula que fuma el 20% de los
adolescentes de todo el mundo (casi niños diría pues cifran la edad entre 13 y
15 años). Y que diariamente se inician en el consumo entre 80.000 y 100.000
niños.
Como la mitad de las personas que empiezan a fumar en la
adolescencia seguirán fumando a lo largo de los siguientes 15 a 20 años, el
problema de adicción y de deterioro de la salud mundial alcanza proporciones
devastadoras.
¿Por qué se
empieza a fumar?
Antes he utilizado con toda intención la expresión “adictos
al tabaco” porque realmente la nicotina crea adicción. Pero cuando las personas
empiezan a fumar no son conscientes ni buscan sensaciones a nivel del sistema
nervioso central, por lo que esa expresión puede parecer exagerada, pero que
otro adjetivo cabe cuando ya hemos visto que el tabaco (la nicotina) produce
una adicción intensa.
Pensemos que con cada bocanada de un cigarrillo estamos administrando a nuestro cerebro una pequeña cantidad de nicotina (y al resto del organismo varios venenos, como ya hemos visto). Cada cigarrillo contiene entre 1 y 2 mg de nicotina, y un fumador habitual se lo fuma en diez caladas. La nicotina llega al cerebro en cuestión de segundos y sus efectos comienzan a disiparse en pocos minutos, Y esto es lo que hace que una persona fume nuevamente; el fumador de una cajetilla al día pone a disposición de su cerebro entre 20 y 40 mg de una sustancia adictiva.
Nos dicen las estadísticas que la mayoría de personas
inician el consumo en la adolescencia o en su primera iniciación, como parte de
los muchos ritos de iniciación de esa época vital.
Además pensemos que se trata de una sustancia legal,
accesible y relativamente barata. Pese a la prohibición de que no se venda a
menores de 18 años, ¿creemos que es un gran problema para un menor conseguir
tabaco?
Fumar es una conducta socialmente aprendida, en la que
cuentan diferencias individuales, familiares, culturales y sociales. Dentro de
estos factores pesan mucho la curiosidad natural propia de la edad adolescente,
la necesidad de ser aceptado el grupo, la rebeldía frente a las prohibiciones y
el deseo de sentirse mayor e importante.
Evidentemente, puede existir una imitación si hay fumadores
en la familia, o cuando menos una minimización de los riesgos (que siempre es
propia de la juventud) “si mi padre fuma… que me ha de explicar a mí”, además
que los niños que han crecido en un ambiente de fumadores se vuelven tolerantes
al molesto olor del cigarrillo.
Por otra parte, no olvidemos el peso social en la
adolescencia y juventud. El peso de su grupo claro, en muchas ocasiones fumar
representa compartir, y especialmente si está prohibido en familia. Ello
refuerza estas conductas.
Se le da mucha importancia también a los medios de
comunicación y difusión. Realmente hace unos años la publicidad del tabaco era muy poderosa, ahora, en los países que llamamos civilizados está prohibida o
restringida, pero seguro que esta publicidad se ha trasladado a los países más
pobres. Desde luego los que tenemos una cierta edad hemos visto muchas imágenes
muy sugerentes asociadas a las volutas de humo de un cigarrillo… la belleza
plástica y sugerente de un lento asesino.
... Continuará
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