domingo, 23 de junio de 2013

PREVENCIÓN en la depresión


En cuanto a la prevención en la depresión podemos hablar de tres niveles:
  • la prevención primaria, encaminada a evitar la aparición de nuevos casos
  • la prevención secundaria, dirigida a realizar un diagnóstico precoz y consecuentemente un tratamiento temprano
  • la prevención terciaria sobre los pacientes para evitar recaídas y complicaciones como la cronicidad y el suicidio.


Prevención primaria

Es decir, evitar que se produzcan nuevos casos, debemos tener en cuenta:
  • Los aspectos biológicos.  Hoy en día no se puede prevenir un déficit genético ni un desajuste bioquímico cerebral. No obstante hay que confiar en la investigación centrada sobre todo en las moléculas (neurotransmisores, proteinas, hormonas) que están alterados en los pacientes que sufren depresión, y como no, en la investigación genética que pueda dilucidar que grupos de genes están involucrados en la vulnerabilidad de este trastorno.
    Genética y depresión
  • Los aspectos psicosociales. En este sentido podemos hablar de una intervención a nivel personal y otra a un nivel social. Empezaré por la segunda:

o  Las actuaciones deben dirigirse, por una parte, a que nuestros niños y jóvenes mejoren la autoestima y las estrategias de afrontamiento ante la adversidad (utópica labor a realizar en el seno de la familia y de la escuela); por otra parte, competería a las políticas laborales, sanitarias y sociales para disminuir globalmente los factores de estrés psicosocial (objetivos más utópicos todavía).
La escuela, clave en la formación de las personas

o   A nivel individual podríamos resumirlo en llevar una vida sana y lo más plena posible. Evitar el consumo de tóxicos y mantenerse en buena forma, no sólo física, sino intelectual y disponer de una buena red de apoyo emocional que es nuestro mejor escudo protector. También deberíamos plantearnos periódicamente nuestros objetivos, para tener expectativas realistas así como evaluar nuestro estilo de vida y el papel que jugamos en nuestro entorno (o dicho de otra forma, la gran importancia que tiene el hecho de sentirse útiles).
Familia y amigos, nuestra red emocional



Nuestra vocación
Nuestras aficiones




Ser útil





Prevención secundaria:

Me interesa hacer hincapié en el diagnóstico precoz. Para ello es importante el reconocimiento de los síntomas por parte del paciente y de su entorno, evitando el miedo al estigma de la enfermedad mental o la preocupación por los efectos secundarios de la medicación. Asimismo el hecho de que existan circunstancias adversas haciéndola “comprensible” suele retrasar la búsqueda de ayuda.

La Atención Primaria, fundamental para una sanidad de calidad
También es determinante el papel de la Atención Primaria para realizar dicha prevención. Casi el 10% de los pacientes vistos por médicos de familia tienen síntomas depresivos y en muchas ocasiones no reciben este diagnóstico.




Prevención terciaria:

Consistiría en intentar evitar los empeoramientos en forma de:

  •  Recurrencia (cuando hay un período de más de 6 meses sín síntomas después de un tratamiento y aparece un nuevo episodio depresivo).
  • Recidiva (cuando se produce la reanudación de los síntomas sin haber finalizado el tratamiento, esto es durante un período menor a 6 meses libres de síntomas).
Para ello, existen unas pautas de mantenimiento de los tratamientos farmacológicos, en función del número de fases depresivas que haya sufrido el paciente.

Por otra parte, las características del cuadro orientan al profesional para realizar una vigilancia de las complicaciones, como la cronicidad que puede producirse en un tercio de los casos. Hay que tener en cuenta que un correcto tratamiento reduce el riesgo de cronicidad a un 10%.

Prevención terciaria: evitar la cronicidad





sábado, 8 de junio de 2013

Me ESTALLA la cabeza (Cefalea tensional)

Seguro que más de una vez hemos usado esta expresión cuando nos duele la cabeza. Y también si no podemos parar de pensar en algo que nos preocupa. 


L'home a la tête de cautchouc, 1901



Pues, veremos aquí como  Georges Méliès en 1901, inventando los efectos especiales para el cine, consigue hacer estallar su propia cabeza. 

LA CEFALEA


Una de las formas más frecuentes de cefalea son las llamadas cefaleas tensionales. Ocurren cuando los músculos del cuello y del cuero cabelludo se tensionan o se contraen Las contracciones musculares pueden ser una respuesta al estrés, la depresión, la ansiedad o a un traumatismo craneal.
Se considera una afección crónica si sucede dos o más veces por semana durante algunos meses. Los dolores de cabeza diarios y crónicos pueden resultar tanto de un tratamiento deficiente como excesivo (cefaleas de rebote por uso exagerado de analgésicos) de la misma. 
Hay que tener en cuenta que cualquier actividad que obligue a mantener la cabeza en una sola posición durante mucho tiempo sin moverse puede ocasionar dolor de cabeza. Tales actividades incluyen teclear, trabajos minuciosos con las manos.
Existen otros desencadenantes de la cefalea de tensión:
  • ·               Consumo de alcohol.
  • ·               Consumo de cafeína, o abstinencia de ésta.
  • ·               Resfriados, gripe o infección sinusal.
  • ·               Problemas dentales o contractura de la articulación de la mandíbula.
  • ·               Tensión ocular.
  • ·               Consumo de tabaco.
  • ·               Esfuerzo o fatiga


El dolor de cabeza tensional suele ser sordo, similar a una presión, generalizado, pero no suele ir acompañado de otros síntomas.
Si una cefalea persiste tras haber sido tratada con analgésicos convencionales, es preferible acudir al médico, ya que aunque es muy probable que el cuadro no revista ninguna gravedad, el consumo indiscriminado de analgésicos puede empeorar y cronificar la sensación dolorosa.

MélièS

Méliès en diciembre de 1895 era caricaturista, mago, actor, productor escenógrafo y empresario teatral... hasta que conoció el cinematógrafo.

La primera exhibición comercial de dicho invento (como espectáculo de pago y no como curiosidad científica) fue el 28 de diciembre de 1895 en el Salon Indien del Gran Café de París. Se proyectaron diez películas cortas de menos de un minuto de duración, la primera de ellas fue "La sortie de l'usine Lumière a Lyon". La sesión fue presentada por Antoine, el padre de los inventores ante treinta y tres espectadores que habían pagado un franco. 

Georges Méliès fue uno de aquellos espectadores y posiblemente a quien más impresionó. Al terminar la proyección, quiere comprar inmediatamente uno de aquellos aparatos, pero Antoine Lumière le dice que desista de su idea, ya que el cinematógrafo sólo es "un juguete de fin de siglo". 

Méliès se las ingenia para diseñar y patentar su propia cámara y proyector, basándose en otros prototipos. Entre 1896 y 1914 realizó más de setecientas películas (aunque la duración de estas películas era entre uno y quince minutos), la mayoría de las cuales se han perdido (*). 

Durante esos diecinueve años de actividad como cineasta fue pionero en casi todo, desde el diseño y construcción del primer estudio, la creación de una compañía cinematográfica, la G-Star, la utilización de trucos con la cámara sentando las bases de los efectos especiales, la coloración de los fotogramas,  la creación de distintos géneros en el cine... pero especialmente la incorporación de la narrativa, con lo que el invento de los Lumière pasó de ser un mero documento fotográfico animado al espectáculo cinematográfico. Es decir, Méliès inventó el cine como espectáculo. 

En definitiva, un creador único en una época mágica del cine. Un hombre que jugó todo lo que quiso con "ese juguete de fin de siglo". 




L'homme orchestre, G. Méliès, 1900
Otra pequeña maravilla, trucos, efectos especiales, ilusión. 
Un buen remedio para nuestros dolores de cabeza


(*) Se conservan unas ciento sesenta y cinco películas de Méliès. 










"Viviendo con el enemigo" (Trastorno por ANSIEDAD generalizada)

Si nos ceñimos a la definición del “Trastorno de ansiedad generalizada” (TAG) según consta en nuestra “biblia” diagnóstica (criterios DSM-IV-TR) a la espera que se difunda el DSM-5, podemos leer que:


·           La característica esencial es la ansiedad (lógico, ¿no?) y la preocupación excesivas…
·           … que se observan durante y período superior a 6 meses
·           … centrados en una amplia gama de acontecimientos y situaciones.
·           El individuo tiene dificultad para controlar dicho estado de preocupación.
·           Esta preocupación se acompaña, al menos, de otros tres síntomas entre los siguientes:
o   Inquietud
o   Fatigabilidad fácil
o   Dificultades para concentrarse
o   Irritabilidad
o   Tensión muscular
o   Trastornos del sueño
·           Esta alteración provoca malestar clínicamente significativo, o deterioro social, laboral, o de otras áreas de la vida del individuo.

Puede parecer un cuadro leve (y de hecho lo es, si lo comparamos con otros trastornos que atendemos en nuestra especialidad) no obstante, representa una auténtica tortura para aquellas personas que lo sufren, sin olvidar su elevada frecuencia.

El TAG tiene una prevalencia anual entre la población general de casi el 5%, aunque entre los pacientes atendidos en un centro de salud dicha prevalencia se incrementa hasta el 12%. Otro dato a tener en cuenta, es el de la prevalencia-vida, según un estudio clásico norteamericano de 1994. A tener en cuenta, que la proporción entre sexos (hombre/mujer) es de 1 a 2.

¿Cómo se desarrollará un TAG? Casi siempre aparece de forma insidiosa, iniciándose con un incremento de la tensión subjetiva que irá fluctuando y se modifica en situaciones de estrés o sobreesfuerzos.

Los (o casi mejor dicho las) pacientes con ansiedad generalizada presentarán expectativa ansiosa, incremento de la vigilancia y alerta, tensión motora e hiperactividad autonómica.

Empecemos con la expectativa ansiosa, esto es inquietud interna, desasosiego, vivencias de amenaza ante preocupaciones reales (pero sobrevaloradas) o imaginarias, aunque plausibles.

Lo explicaré con un ejemplo:

Una mujer joven podría sentirse permanentemente preocupada por el aprendizaje rendimiento de su hijo pequeño que está todavía en educación preescolar. (No quiero decir con ello, que no sea importante la educación académica de los pequeños). Pero voy a suponer cómo podría iniciarse un cuadro de TAG:

La preocupación de la madre se podría haber iniciado por un comentario casual de la profesora (“hoy ha estado muy juguetón”)… y esta frase le diera pie a pensar que el niño quizá no aprenda a leer correctamente… que ello le dificultará estudiar la primaria y que no podrá completar la educación secundaria… y que a partir de ahí su hijo puede llevar una vida totalmente marginal: alcoholismo, drogas, etc… 

Entonces se iniciará un incremento de la alerta, empieza a estar muy atenta a todo lo que concierne al niño, si coge correctamente el lápiz, si habla con la misma corrección que sus compañeros… y si percibe pequeños “déficits” en la conducta de su hijo, se sobresalta enormemente (tensión motora, con inquietud, temblores, incluso dolores musculares). 

Cada vez le da más importancia a esos pequeños detalles: que si el niño va lento cuando lee..., que si lo compara con sus primas tiene un vocabulario menos amplio..., que se hace el remolón cuando tiene que hacer alguna tarea escolar, etc… Todas estas minucias que piensa corroboran sus negras predicciones, y por tanto se produce un nuevo incremento en la vigilancia y alerta de la mamá (ella misma empieza a estar más nerviosa e impaciente con el chiquillo, está irritable, no duerme bien) y también presenta síntomas de hiperactividad autonómica (taquicardia, palpitaciones, molestias digestivas, etc.)

La madre explica su gran preocupación a otros miembros de la familia, pero la opinión de los demás no la tranquiliza. Nadie le da importancia, e incluso ella misma reconoce que lo está magnificándolo todo. Pero a pesar de ello, sigue percibiendo esa inquietud, y cualquier pequeño detalle se la recuerda (el niño ha olvidado algo en el colegio… alguien le habla del éxito académico de una hija y piensa a mi hijo todo le irá mal…).

Esto no es una caricatura. Tampoco se trata de personas que “como no tienen otras preocupaciones se las inventan”, frase que nuestros pacientes con ansiedad escuchan constantemente.Se trata de personas que están viviendo con su enemigo (la ansiedad) y que tienen que realizar un gran esfuerzo cada día para seguir con su vida en una especie de "libertad bajo fianza". 


Nuestra historia de TAG en imágenes:






 










domingo, 2 de junio de 2013

De la Neurosis de Guerra ... a los Trastornos por ESTRÉS (II)



A partir de 1980 y con la publicación y gran difusión del DSM-III (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) se produce en la comunidad científica el reconocimiento de una entidad nosológica que se denominará “Trastorno por Estrés Postraumático” (TEPT).

Para incluir este diagnóstico también se habían realizado estudios en poblaciones civiles sometidas a acontecimientos traumáticos que, como definía el manual, se encontraban fuera del marco normal de la experiencia humana, por lo tanto más allá de las situaciones bélicas se incluyó a víctimas de desastres naturales o provocados por el hombre.


"Los desastres de la Guerra", Goya, 1810-1815



TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT)

A partir de los 90, el TEPT ya no se limita a excombatientes, personas torturadas o supervivientes de catástrofes, sino que se amplia el concepto de experiencia traumática, tras estudiar poblaciones de mujeres y niños víctimas de abusos, violaciones y maltrato físico o psicológico. Así el TEPT se ha asociado a:
  • Catástrofes naturales: terremotos, tsunamis, huracanes, incendios, erupciones volcánicas, inundaciones
  • Accidentes y enfermedades de riesgo vital súbito: caídas, ahogamientos, atragantamientos, accidentes de coche, accidentes aéreos, ferroviarios o naufragios,  derrumbes, incendios, infartos súbitos, muerte violenta de algún familiar.
  • Tragedias provocadas por la mano del hombre: guerras, atentados terroristas, asesinatos, agresiones físicas violentas, atracos,  tortura, secuestro, abuso sexual, distintas formas persistentes de maltrato psicológico o emocional, como el acoso laboral y escolar. A tener en cuenta que en niños, las experiencias sexuales impropias para la edad (aunque no haya existido violencia o daño físico, sólo abuso) se incluyen entre los acontecimientos traumáticos que provocan el TEPT.
Niños y profesores evacuados de Chernobyl, 1986


Por tanto, el cambio fundamental en la definición del trastorno es el énfasis en la reacción de la persona, y no tanto en el tipo de acontecimiento traumático, aunque se considera que cuando el agente estresante es obra de otro ser humano el TEPT reviste mucha mayor gravedad que cuando es producto de un acontecimiento natural.

La epidemiología de este trastorno se calcula no sobre la población general, sino sobre la pertenencia a grupos afectados. Se calcula que el 15% de la población afectada por un acontecimiento traumático lo desarrollará.  

Otro aspecto a considerar es que a través de la historia –y mucho más en nuestros días, nadie puede considerarse exento del riesgo de exposición a algún hecho traumático a lo largo de su vida, desde luego si tenemos en cuenta la amplia definición de experiencia traumática. Algunos estudios realizados en USA han encontrado elevadísimas cifras de prevalencia de exposición a estas situaciones (entre el 39 y el 60% a lo largo de la vida). Personalmente me parecen muy elevadas, y que en caso de corroborarse desvirtuan el propio concepto del TEPT como reacción ante una experiencia inusual.

Recapitulando, para el diagnóstico de TEPT se requieren dos aspectos bien definidos:

  • El trauma. Este último vocablo proviene del griego y significa herida. En el TEPT lo nuclear es el trauma psíquico, es decir, la “herida emocional” que un determinado suceso, acontecimiento estresante o traumático es capaz de provocar. A su vez el trauma inducirá una serie de manifestaciones físicas y psicológicas (esto es la respuesta de estrés). El impacto de un trauma puede durar dese algunos segundos, hasta horas, días o meses… Y también puede ocurrir de una forma única (accidente de tránsito) o reiterada (combate, maltrato infantil en la familia).
  • Una respuesta de estrés naturalmente patológica. A pesar de lo extendido de su uso, desde el punto de vista científico el estrés es una respuesta inespecífica del organismo ante una demanda. Frente a un estresor (que puede ser físico o psicológico) el organismo responderá buscando la adaptación y el equilibrio. La respuesta puede ser adaptativa (eustrés) o patológica (distrés).

Siglo XXI. Catástrofes públicas ...

11 de septiembre de 2001. Atentado terrorista en Nueva York



11 de marzo de 2004. Atentado terrorista en Madrid

Como ya he mencionado en el TEPT la respuesta de estrés es patológica, por tanto una denominación más correcta para dicho cuadro clínico sería la de “Trastorno por distrés postraumático”. Por otra parte, la respuesta de estrés de los pacientes con TEPT no corresponde a una exageración de la respuesta normal de estrés, sino que incluye diversos indicadores biológicos que permiten caracterizar e individualizar la respuesta específica de este cuadro clínico.

La clínica en el TEPT incluye:
  1. La reexperimentación persistente del acontecimiento traumático a través de uno o más de los siguientes:
    1. Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusivos, que provocan gran malestar.
    2.  Sueños sobre el acontecimiento estresante también de carácter recurrente.
    3.  El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está sucediendo, puede tener la sensación de revivir la experiencia, tener ilusiones auditivas o visuales y también flashbacks (*).
    4. Malestar psicológico al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático (por ejemplo, si una persona ha sufrido un accidente de automóvil, puede experimentar un gran desasosiego cuando viaja de nuevo en coche).
    5. Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático (nuestro accidentado del punto anterior puede tener taquicardia, sudoración, temblor, no sólo cuando sube a un vehículo sino simplemente al pensar que tiene que coger un taxi para acudir al médico).
  2.  La evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo, tal y como indican tres o más de los siguientes síntomas:
    1. Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso.
    2. Mecanismo de disociación psíquica que separa el acontecimiento traumático de los sentimientos generados por éste.
    3. Mecanismo de evitación que puede producir la amnesia total o parcial del acontecimiento traumático.
    4. Embotamiento psíquico e incapacidad de respuesta del individuo producida por el temor, la desesperanza o el horror.
    5. Conductas de evitación de actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del suceso.
    6. Incapacidad para recordar algún aspecto importante del acontecimiento.
    7. “Anestesia emocional” con reducción del interés y participación en actividades significativas y poca reactividad al mundo exterior.
    8.  Sensación de desapego frente a los demás.
    9. Restricción de la vida afectiva y disminución de la capacidad para sentir emociones.
    10. Sensación de futuro desolador y pesimismo.
  3. Síntomas persistentes de aumento de la activación (debe presentar dos o más de los siguientes):
    1.   Insomnio de conciliación o de mantenimiento.
    2. Irritabilidad o ataques de ira.
    3.  Dificultad para concentrarse.
    4. Hipervigilancia.
    5. Sobresaltos.
    6. Síntomas de ansiedad que no estaban presentes antes del trauma.
El tiempo mínimo de evolución de los síntomas para realizar el diagnóstico es de un mes, y ha de producir obviamente un malestar significativo o un deterioro social, laboral o de otras áreas importantes para la actividad del sujeto. Suele aparecer dentro de los seis meses posteriores a la vivencia traumática. Si aparece más tardíamente llevará el epíteto TEPT demorado.


... y catástrofes privadas





Maltrato infantil
Violencia de género






















TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO

En el “Trastorno por estrés agudo” el cuadro clínico suele comenzar tras la vivencia de la situación catastrófica, ya sea inmediatamente o poco después de ella. Los síntomas suelen durar unas horas si la situación catastrófica es pasajera y, si ésta persiste, suelen ir remitiendo en pocos días por adaptación del paciente (ó como máximo en un mes).

Este cuadro si que es muy característico en veteranos de combate o integrantes de las fuerzas del orden público (con una prevalencia del 30% en este grupo de población).

Pueden haber alteraciones de tipo conductual, como huida, agitación agresividad, bloqueo, así como alteraciones somáticas (náuseas, vómitos, sudoración, taquicardia, mareos…), sensoriales y psíquicas (como estrechamiento del campo de conciencia, distorsiones visuales y auditivas, pérdida del sentido del tiempo y del espacio, estupor). Por ejemplo un policía en un tiroteo puede no oír el ruido circundante y realizar de manera impulsiva un número de disparos mucho mayor de los que cree haber hecho.

Tropas norteamericanas en Irak, el 30% de los soldados sufrirán un "Trastorno por estrés agudo"