El cerebro humano es una interesante estructura. Una cisura profunda en la línea media
divide el cerebro en hemisferio derecho y hemisferio izquierdo. Ambos
hemisferios son inversos el uno del otro, pero no simétricos. En lo más hondo
de la cisura, una comisura denominada cuerpo calloso formada por un
conglomerado de fibras nerviosas blancas, conecta ambos hemisferios cruzando la
línea media y transfiriendo información de un lado al otro.
El hemisferio izquierdo es la parte que reconoce la información en
lo que se refiere al habla, escritura, numeración, matemáticas y lógica, así
como a las facultades necesarias para transformar un conjunto de informaciones.
Esta estructura almacena conceptos que luego traduce a palabras, es decir, el
cerebro comprende las ideas, los conceptos y los almacena en un lenguaje no verbal,
que luego traduce a un lenguaje o idioma aprendido por el individuo
culturalmente. El hemisferio izquierdo procesa la información usando el análisis,
que es el método de resolver un problema descomponiéndolo en piezas y
examinando estas una por una.
El hemisferio derecho procesa y elabora la información de manera
distinta. Es un hemisferio integrador, centro de las facultades viso-espaciales
no verbales, especializado en sensaciones, sentimientos, prosodia y habilidades
especiales, como visuales y sonoras como las artísticas y musicales. Concibe
las situaciones y las estrategias del pensamiento de una forma total,
integrando varios tipos de información (sonidos, imágenes, olores, sensaciones)
y los transmite como un todo.
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