La
mayoría recordaremos una película protagonizada por Jack Nicholson y Helen Hunt
en 1997 que llevó ese título. La dirigió James L. Brooks.
El
argumento trata de Melvin, un escritor neoyorkino de novelas románticas, que padece un trastorno
obsesivo-compulsivo (TOC), el cual dificulta su trato social, sin embargo en el
film Melvin no parece sufrir por ello, antes bien enorgullecerse.
La
película describe las rarezas de Melvin en su cotidianidad: como una nueva
pastilla de jabón le sirve para un único lavado de manos, como lleva un juego
de cubiertos desechables a la cafetería donde acude a almorzar, como no puede
tocar a nadie sin guantes, etcétera… Un perrito, un vecino homosexual y la
camarera que le atienden “salvarán” a este singular personaje de su trastorno.
La
película familiarizó el TOC al gran público, aunque con un tratamiento cómico y un tanto superficial de los síntomas de Melvin.
Nicholson y la actriz Helen Hunt, en su papel de Carol, la camarera de la cual se enamora Melvin en la película.
La actriz ganó un Oscar por su actuación.
"Por ti quiero ser mejor persona... voy a tomar la mediación de nuevo"
El
trastorno obsesivo compulsivo, hasta ahora clasificado dentro de los trastornos
de ansiedad, se caracteriza por la presencia de pensamientos intrusivos, persistentes
y recurrentes. Estos pensamientos (las obsesiones) son ideas, imágenes o
impulsos que irrumpen en la mente de la persona que sufre TOC, sin que éste lo
desee, ni sea capaz de eliminarlas, y le provocan aprensión, vergüenza,
inquietud, temores y preocupaciones que el paciente trata de eludir o conjurar
con la realización de conductas hechas de forma repetida (compulsiones).
El
paciente se da perfecta cuenta de que las ideas, imágenes o impulsos son
absurdos o desproporcionados y mantiene el sentido de la realidad, pero no
puede impedir que estas obsesiones le causen no sólo ansiedad sino limitaciones
en su vida.
Para
neutralizar el malestar se realizan las compulsiones, que suelen ser conductas
repetitivas, innecesarias y extrañas, tal como reconoce el paciente, y en
principio tienen por objeto reducir la ansiedad asociada a los pensamientos.
Sin embargo el paciente también se da cuenta de que las compulsiones son tan
absurdas como las obsesiones, aunque no sea capaz de dejar de hacerlas.
En las personas que sufren TOC, el lavado de manos se convierte en un ritual que puede provocar lesiones en la piel |
Aunque
la incidencia del TOC no es tan elevada como la de otros trastornos de
ansiedad, la OMS lo incluye entre las veinte primeras enfermedades
incapacitantes, afectando a un 1 ó 2% de la población.
La
intensidad del trastorno puede varias, en general el grado de intensidad
determina el pronóstico. También el cuadro puede ser esporádico, intermitente o
continuo. En el curso de la enfermedad suelen superponerse episodios depresivos
secundarios a las limitaciones que produce en la vida de la persona afectada.
Con
respecto a los tipos de obsesiones y compulsiones, los más frecuentes son:
- Contaminación, contagio y limpieza. El paciente puede sufrir ideas obsesivas sobre la posibilidad de contaminación o contagio de suciedad, y caer enfermo. Estas obsesiones suelen acarrear compulsiones de limpieza o lavado (lavarse las manos repetidamente, ducharse también de forma repetida y metódica, limpiarse los dientes sin cesar, ponerse guantes para no tocar manivelas, interruptores…) llegando a producirse lesiones en la piel por erosión y exceso de lavado.
- Obsesiones de duda. El paciente duda de si ha cerrado bien los grifos, el gas, el televisor, las puertas… Entonces los rituales se dirigirán a revisar una y otra vez estos objetos (dos, tres y hasta cientos de veces…) lo cual consume tiempo y tampoco tranquiliza a la persona.
La comprobación es otra de las compulsiones características en el TOC - Obsesiones
de orden y simetría. Todo tiene que estar ordenado, la casa, la ropa, los
objetos… De una manera enfermiza se comprueba una y otra vez la ubicación de
las cosas.
La tendencia al orden, puede pasar de ser una cualidad a resultar enfermiza e incapacitante - Existen otros tipos de obsesiones denominadas fobias de impulsión. Son aquellas en que al paciente le asalta la duda de si sería capaz de hacer algo extremadamente inadecuado (agredirse o agredir a otros, proferir amenazas, insultos, groserías o blasfemias) actos que por supuesto el paciente no desea realizar, pero ante la presencia de dicho pensamiento se angustia por si ello representara la posibilidad de llevar a cabo tal acción.
La
etiopatogenia de este trastorno no está totalmente dilucidada. Se considera que
la desregulación del neurotransmisor serotonina es una alteración relevante,
aunque también se han involucrado otros neurotransmisores, como la dopamina, ácido
glutámico y otros neuropéptidos. También
se han estudiado las bases neuroanatómicas del TOC, describiéndose la disfunción
de vías tálamo-orbitoestriatales y la participación de factores traumáticos o
infecciosos en algunos casos.
Representación de la molécula de serotonina y su fórmula química. La serotonina, implicada en casi todos los padecimientos psíquicos |
El
tratamiento más eficaz para el trastorno obsesivo compulsivo consiste en una combinación
de psicoterapia de orientación cognitivo-conductual y farmacoterapia que
incremente la función serotonérgica.
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