sábado, 29 de noviembre de 2014

TRISTEZA Y ALEGRÍA DE LA LLUVIA



Hoy llueve, llueve y llueve en mi ciudad. Una lluvia insistente, sin ser torrencial que predispone a una cierta languidez, o incluso a la melancolía… contemplar la realidad exterior a través de esa doble pantalla que forman el cristal de nuestra ventana y las gotas de lluvia que lo han empañado.

Esa leve y acuosa tristeza me ha llevado a recordar un poema de García Lorca sobre la lluvia:
Federico, joven para siempre



LLUVIA (Federico García Lorca)

La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

 
... con una mansedumbre de atardecer constante

Y este otro de Borges:


LA LLUVIA  (Jorge Luis Borges)

El genio,visto por el mismo

Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.

Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.

Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto

Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.


 
Bruscamente la tarde se ha aclarado

Pero como leve tristeza que era se ha desvanecido cuando he recordado el papel de la lluvia en una de mis películas favoritas.
 
Película de 1952... ingenua alegría
Realmente hay películas especiales que tienen la capacidad de afectar el estado de ánimo, algunas nos pueden entristecer… pero hay otras que son alegría en formato celuloide. Una de ellas es la ancianísima “Cantando bajo la lluvia”. Anciana, porque vio la luz (se estrenó) en el Radio Music City Hall de Nueva York en 1952 (cuando los estrenos no eran a escala mundial).

Nueva York en estado puro


La película fue dirigida por un joven Stanley Donen (1924) ya que contaba solo veintiséis años cuando se inició el rodaje. De acuerdo, tuvo la ayuda del bailarín y coreógrafo Gene Kelly (1912-1996).

Donen (derecha) y Kelly
El productor fue Arthur Freed (que también era un afamado letrista y suyas son las letras de la mayoría de las canciones de la película) responsable de las comedias musicales que producía la compañía Metro-Goldwin-Meyer, y también quién dio título a la película… antes de que se completara el guión o que se eligiera algún número musical que justificara el mismo.

La película narra de manera irónica los avatares de la industria cinematográfica de los años 20 (naturalmente del siglo XX) en su tránsito del cine mudo al sonoro. El argumento, bastante ingenuo y algo enrevesado, y está al servicio de los números musicales y especialmente del lucimiento de Kelly como bailarín y coreógrafo… aunque magníficamente secundado por el también bailarín y actor Donald O’Connor, y una jovencísima Debbie Reynolds (tenía 19 años, era su primer papel protagonista) entre otros.







Ni siquiera los números musicales eran todos originales, algunos ya habían sido utilizados en otros musicales (teatrales o cinematográficos). Sin embargo, el conjunto rezuma un encanto, gracia, alegría, ímpetu y dinamismo que cautiva. Si no, veamos a Donald O’Connor  interpretando “hazles reir”:



Sin embargo, el rodaje no fue nada fácil. El extenuante rodaje de esta canción “Make‘Em laugh” hizo que Donald O´Connor permaneciera una semana en cama. Por cierto, esta canción era un descarado plagio de una de Cole Porter “Be a Clown”, aunque este compositor, muy elegantemente, renunció a interponer demanda alguna sobre este hecho porque le agradaba mucho la película.

También el rodaje de la secuencia de la canción “Good Morning” fue catastrófico: se repitió hasta ocho veces en una sola sesión, ya que un tiránico Gene Kelly no estaba satisfecho con la ejecución de sus compañeros de reparto.

El trío protagonista en la canción "Good Morning"... hasta la extenuación


Por último, está la escena por la que es más conocida la película: el protagonista, feliz, enamorado y totalmente mojado por una pertinaz lluvia californiana canta, silba y baila por la calle, subiéndose a las farolas, haciendo equilibrios en la acera, danzando con su paraguas y chapoteando en los charcos… hasta que la severa mirada de un policía le frena y se aleja tras ceder el paraguas a otro empapado viandante. 

La espontaneidad frente el  "orden"


Pues bien, rodar esta escena también tuvo sus dificultades: el protagonista se encontraba enfermo con fiebre alta, y a pesar de ello se rodó en una sola toma (aunque después de haberla ensayado exhaustivamente -coreógrafo y director- durante meses), pero Gene Kelly estaba tan pachucho que hizo falta que un par de bailarinas reprodujeran sus pasos a unos metros de donde él actuaba, fuera de cámara, para que el sonido de sus pies en el pavimento y los charcos fuera el adecuado (es difícil bailar tap entre la lluvia). 

Por cierto, la “lluvia” de la película también fue retocada: se mezcló agua con leche, para que la cámara recogiera el trazo de las gotas de agua.  


El resultado, alegría en estado puro:


que ha tenido infinitos imitadores.


domingo, 23 de noviembre de 2014

MADE in JAPAN




En estos días la prensa se ha hecho eco de un estudio realizado en nuestro país y publicado en la revista “International Journal of Social Psychiatry”  acerca de la prevalencia de un síndrome de exótica denominación, el llamado “Síndrome de hikikomori”.

Hikikomori es un neologismo que en japonés significa literalmente “alajarse y confinar”. Con ello se define una forma de aislamiento social que se caracteriza por la negativa a salir fuera del recinto de la habitación o del domicilio, lo que conlleva un grave aislamiento social y la incapacidad o falta de disposición para interaccionar con otras personas.

Representación de un joven hikikomori 


Dr. Sato
Pues bien, la palabra para este tipo de conducta la acuñó en 1998 el  psicólogo japonés Dr. Tamaki Saito. Este científico estima que en Japón hay más de un millón de personas (se habla de 1,2 millones) que lo sufren (o lo practican, no sé qué verbo utilizar con mayor propiedad). Existe una mayor incidencia en varones y aparece en la adolescencia.

Las causas –tal como cree aduce quien describió el fenómeno- tienen que ver con la estructura familiar tradicional japonesa. 
Familia tradicional japonesa, en la que conviven varias generaciones.
Fotografía de 1922
Los adolescentes viven con sus padres, durante un tiempo indefinido, hasta graduarse en la universidad, encuentran trabajo o se casan. Incluso no es extraño que compartan techo varias generaciones padres, hijos y nietos, contribuyendo con la familia. Por tanto,  no existe presión alguna para que los jóvenes se independicen, aunque sí están presionados en otros aspectos. 

Portada del libro del Dr. Saito,
subtitulado "Adolescencia sin fín"

En las últimos tiempos se ha detectado que un número creciente de adolescentes japoneses eligen quedarse en casa y no hacer nada… Los padres, pueden mostrarse inicialmente complacientes, o bien no saber cómo detener el desarrollo de esta conducta, creyendo que será pasajera, lo cual facilita que el aislamiento perdure en el tiempo.

Pero al margen de la estructura familiar tradicional... ¿Por qué estos jóvenes se aíslan y renuncian a vivir las experiencias normales de su vida? Se habla de factores de tipo social y de tipo económico:

·       Factores sociales:

o   La presión social para que los jóvenes se adecuen a una sociedad que exige uniformidad puede ser muy grande, con lo que aquellos individuos que no sean capaces de hacer frente a la misma elijan retirarse totalmente de la sociedad.

Esperando pacientemente el metro,sin traspasar la línea amarilla

o   También existe una intensa presión para tener éxito académico. Las instituciones educativas en ese país son altamente competitivas, por lo que además de la escuela convencional, muchos niños inician una “segunda” formación académica preparatoria para superar determinados exámenes de ingreso a la universidad, es decir una especie de academias de repaso… pero a la edad de doce años, y se acude durante los fines de semana y después del horario escolar convencional. Obviamente, muchos jóvenes no soportan esta sobrecarga de estudios.

Uniformados adolescentes durante un exámen

o   Asimismo, una vez que se ha iniciado el problema, los padres pueden sufrir la vergüenza de tener un hijo hikikomori, por lo que es posible que en lugar de acudir a buscar ayuda externa, lo oculten y dicho comportamiento se perpetúe por no hacer frente al tema.
 
El castigo al revés
·       Factores económicos:

o   Tradicionalmente, los empleados japoneses dejaban de lado a su familia (e incluso a sí mismos) por el bien de la empresa. Sin embargo, en las últimas décadas el Ministerio de Sanidad japonés ha reconocido el aumento de la tasa de muertes por problemas derivados del exceso de trabajo (esto se denomina Karoshi, palabra que se aplica oficialmente desde 1987). Muchos de los adolescentes y jóvenes que se recluyen han visto a sus padres trabajando en exceso y rehuyen imitar este modelo.


Representaciones del fenómeno karoshi



o   También se ha atribuido a la desilusión colectiva en la que puede estar sumida por completo la sociedad japonesa, que acostumbrada a la prosperidad, está viviendo una década de larga recesión y mercado laboral en crisis.

Como los hikikomori tienden a refugiarse en realidades alternativas, tales como los juegos de ordenador, internet, manga (comic) y anime (películas de animación) tienden a ser equiparados (de manera incorrecta) con los llamados otaku, pero estos son otra historia. 

Especímen del típico otaku

El término otaku se emplea popularmente en Japón como sinónimo de persona con aficiones obsesivas y se aplica a cualquier tema o campo (de hecho se han descrito hasta doce variantes de tipos de intereses) pero predominan los aficionados a los cómics (es decir los manga) y a las películas de dibujos animados (anime),  aunque también a las excentricidades en el vestuario (cosplay), a la veneración de ciertos personajes (idol), o los que les gusta un tipo de almohadas largas (dakimakura) y aficiones diversas llevadas al extremo obsesivo. El término otaku tiene la misma connotación peyorativa que en nuestro país que adjetiva a estos personajes como “friki”.
Un grupito de jóvenes leyendo manga
Dakimakura son almohadas grandes (para abrazar)
con diseños gráficos de personajes del manga

Jóvenes otaku aficionados al cosplay (disfraz de una serie de anime)


A pesar de la confusión entre otaku y hikikomori, los otaku suelen reunirse y compartir sus experiencias con otros que tienen sus mismas aficiones; es decir, los otaku son personas con aficiones obsesivas hacia determinados temas, pero que no se aíslan ni confinan. 
Compartiendo afición

Además, son consumidores natos de productos relativos a su interés, habiendo surgido una importante economía basada en estas peculiaridades, estimándose que el impacto económico anual de la cultura otaku es de unos dos billones de yenes.

La zona de Akihabara en Tokio, muy frecuentada por los otaku



Por último, existe otra peculiarísima forma de aislamiento descrita en Japón, que se trata de una forma extrema de fobia social. Se denomina a este grupo Taijin kyofusho (TKS) (traducido literalmente como trastorno del miedo a las relaciones interpersonales).  

El Taijin kyofusho se describe comúnmente como un subtipo de trastorno de ansiedad social (fobia social), en el que el sujeto afectado teme y evita todo contacto social; sin embargo, lo que le lleva a este aislamiento no es el temor a ser juzgado por los demás, sino un temor patológico a ofender, perjudicar o dañar a otras personas. Es decir, que el centro de la evitación es evitar una posible culpa (futura e imaginaria) por cometer alguna incorrección que afecte a otra persona.
 
La importancia de la reverencia en la cultura japonesa
¿origen de esta peculiar fobia social?


¿Y en España?

A pesar de lo escrito en la prensa acerca del trabajo realizado por el “Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar” de Barcelona, este extraño comportamientos (hikikimori) no está presente en nuestro medio en tamaña prevalencia (en Japón, con más de ciento veintiséis millones de habitantes, las personas con hikikimori vendrían a ser el 1% de la población general).

En este estudio se describía la conducta de aislamiento de ciento sesenta y cuatro pacientes, la mayoría de los cuales presentaban una patología psiquiátrica previa, como trastornos psicóticos (34,7%), trastornos afectivos (74,5%) y trastornos de ansiedad (22%) o una combinación de éstos (por la lógica de que la suma de los porcentaje es muy superior a 100%).

Por lo que el director del estudio afirma que tal vez no sea un diagnóstico en sí, sino más bien una alteración conductual que puede presentarse en múltiples trastornos psiquiátricos; aunque con toda razón advierten que (el aislamiento social extremo o conducta hikikimori) es "un importante problema de salud que toma cada vez más protagonismo".

El litoral de Barcelona con el edificio del Hospital del Mar



sábado, 22 de noviembre de 2014

LOS PUENTES





LOS PUENTES  (Pablo Neruda)


…Y pasa el río
bajo los nuevos puentes
cantando con la historia
palabras puras
que llenarán la tierra.

No son pies invasores los que cruzan
los nuevos puentes, ni los crueles carros
del odio y de la guerra:
son pies pequeños de niños,
firmes pasos de obrero.

Sobre los nuevos puentes
pasas, oh primavera,
con tu cesta de pan y tu vestido fresco,
mientras el hombre, el agua, el viento
amanecen cantando.




Me fascinan los puentes, esas estructuras útiles que permiten salvar un accidente geográfico, un río, un cañón, un valle, o cualquier obstáculo físico.


El puente salvando un desnivel del río, entre un mar de verde


Seguramente el ser humano al inicio de su devenir en humano y su nomadismo sintió la necesidad de cruzar arroyos y ríos. Tuvo por tanto que inventar algo que le permitiera salvar estos obstáculos acuáticos sin ponerse en peligro. Quizá aprovechó el árbol caído que conectaba las dos orillas de un riachuelo (acordémonos de la Serendipia). Y si no colocaba piedras sobre otros salientes del lecho de los ríos.

Un sencillo puente hecho de troncos


Desde estos rudimentarios apaños hemos llegado a los tecnológicos puentes del siglo XXI que miden varios quilómetros y son de atrevido diseño. Los puentes se han convertido a lo largo de la historia no solo en un elemento muy básico para una sociedad, sino en símbolo de su capacidad tecnológica, a veces pienso que los ingenieros que los diseñan son auténticos poetas. 

El puente de Oresund une las ciudades de Copenhague (Dinamarca) y Malmö (Suecia)


Pero además, la palabra puente tiene un gran significado simbólico y metafórico: No sólo une, sino que a veces también separa… Nos sirve para cruzar de un lado a otro, para detenernos sobre él y observar la corriente o el paisaje  a nuestros pies. Algunos son tan bellos que son la imagen de su ciudad…

El puente de las Cadenas de Budapest


El Puente de Yoingji en China
El Ponte Vecchio de Florencia

El puente Alexandre III de París
Y que me decís desde un punto de vista psicológico. Cuando queremos acercar posturas o puntos de vista muy diferentes lo llamamos “tender puentes”. Y cuantas veces aconsejamos a un paciente a cambiar un comportamiento o una actitud “como si cruzara a la otra orilla de un puente”.

"Tender un puente" entre dos posturas enrocadas
Este es el puente sobre el Tajo en la ciudad de Ronda



A veces nos da miedo pasar de una orilla a otra



Pero como siempre, quienes mejor expresan lo que sentimos son los poetas:





   
El puente (Mario Benedetti, de “Preguntas al azar”)


Para cruzarlo o para no cruzarlo
ahí está el puente

en la otra orilla alguien me espera
con un durazno y un país

traigo conmigo ofrendas desusadas
entre ellas un paraguas de ombligo de madera

un libro con los pánicos en blanco
y una guitarra que no sé abrazar

vengo con las mejillas del insomnio
los pañuelos del mar y de las paces

las tímidas pancartas del dolor
las liturgias del beso y de la sombra

nunca he traído tantas cosas
nunca he venido con tan poco

ahí está el puente
para cruzarlo o no cruzarlo
yo lo voy a cruzar
sin prevenciones

en la otra orilla alguien me espera
con un durazno y un país





El puente (Octavio Paz de “Salamandra”)




Entre ahora y ahora
entre yo soy y tú eres
la palabra puente.

Entras en ti misma
al entrar en ella:
como un anillo
el mundo se cierra.

De una orilla a otra
siempre se tiende un cuerpo,
un arcoiris.

Yo cantaré por sus repechos,
yo dormiré bajo sus arcos.



PUENTE (Nicolás Guillén)

¿Lejos?

Hay un arco tendido
que hace viajar la flecha
de tu voz.

¿Alto?

Hay un ala que rema
recta, hacia el sol.
De polo a polo a una
secreta información.

¿Qué más?

Estar alerta
para el duro remar;
y toda el alma abierta
de par en par.





Los ingenieros de las palabras:


Neftalí Eliecer Ricardo Reyes Basoalto (1904-1973) es el auténtico nombre del poeta chileno Pablo Neruda, considerado entre los mejores y más influyentes de su siglo. Según palabras de Gabriel García Márquez “el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma”. Fue Premio Nobel de Literatura en 1971.






Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia (1929-2009) más conocido como Mario Benedetti, fue un escritor y poeta uruguayo, integrante de la Generación del 45. Su prolífica producción literaria incluyó más de 80 libros, algunos de los cuales fueron traducidos a más de 20 idiomas.





Octavio Paz Lozano (1914-1998) fue un poeta, escritor, ensayista y diplomático mexicano, Premio Nobel de Literatura en 1990. Se le considera uno de los más influyentes escritores del siglo XX y uno de los grandes poetas hispanos de todos los tiempos. Su extensa obra abarcó géneros diversos, entre los que sobresalieron poemas, ensayos y traducciones.






Nicolás Guillén Batista (1902-1989) fue un poeta, periodista y activista político cubano.Guillén reivindica la cultura negra dentro de los procesos de mestizaje y transculturación, en lo que denominó el «color cubano», ni negro ni blanco: mestizo, rasgo distintivo de toda Latinoamérica. Se le conoce como el poeta del son, ritmo y baile típico de Cuba es considerado el poeta nacional cubano.