Cementerio de North Westwood |
En estos días del inicio de Noviembre
en que recordamos a los difuntos (Festividad católica de Todos los Santos y la
festividad anglosajona de Halloween, que se ha apoderado de la nuestra), quizá es
un buen momento para hablar del duelo.
El duelo es el proceso de adaptación
emocional que sigue a cualquier pérdida, ya sea de un ser querido por la muerte
de éste, o bien la pérdida de una relación, pero también la de un empleo o una
situación preestablecida. Aunque hablamos de respuesta emocional, el duelo también
tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y conductual, aspectos todos
ellos que han sido muy estudiados a lo largo de la historia.
Rito funerario egipcio |
Funeral de Estado en España |
Ritual japonés (de la magnífica película "Despedidas") |
Desde una perspectiva psicológica se ha
intentado ejemplificar este proceso, considerándolo que siendo algo lógico en
la especie humana, sólo cuando alguien se queda atrapado en alguna de sus
fases, puede representar una situación peligrosa para su salud. En el bien
entendido que el paso por el proceso de duelo no es el mismo para todo el
mundo, pero si el objetivo común: la irremediable aceptación de la pérdida para
seguir adelante.
"El día de la muerte" de W. A. Bouguerau (1859) |
Por tanto, los psicólogos que se
dedican al estudio de este fenómeno lo han hecho desde la perspectiva de
diferentes modelos (algunos muy similares entre ellos).
Así, McDonald en 1985 describe su
modelo de cuatro pasos:
· Fase de shock y negación.
Esta es el período
inicial, en el que el propio shock representa una protección emocional ante la
pérdida. La persona –aunque sabe que es así- todavía se encuentra excesivamente
abrumado, y no está dispuesto a creer en esa realidad.
· Fase de preocupación.
Yo más bien la
denominaría “fase en que todo se centra en la pérdida”. El doliente es incapaz
de pensar en otra cosa, y todas sus conversaciones, pensamientos y recuerdos
están centrados en la pérdida.
· Fase de desesperación y depresión.
A lo largo de esta
etapa – la más dolorosa- la persona va llegando gradualmente a un acuerdo con
la realidad. Pero mientras esto sucede se vive una amplia gama de sentimientos,
pensamientos y comportamientos. Pueden experimentarse síntomas depresivos que
incluyen la ideación de culpa, la tristeza, ansiedad y también irritabilidad y
sentimientos de ira.
· Recuperación.
La fase final,
cuyo objetivo no es la eliminación de todo el dolor o del recuerdo. En esta
etapa la persona vuelve a interesarse por las cosas del día a día, y acepta que
la pérdida sufrida ha sido una experiencia vital dolorosa pero que no puede
convertirse en el centro de su vida.
La psiquiatra suiza Elizabeth Kübler-Ross |
Este modelo de cuatro fases es una simplificación del
modelo que con anterioridad había descrito la psiquiatra suiza Elizabeth
Kübler-Ross, en su libro de 1969 “Sobre la muerte y los moribundos”, en donde describe su modelo (también llamado modelo de Kübler-Ross, pero más conocido
por el “modelo de las cinco etapas del duelo”: negación, ira, negociación, depresión y aceptación). Aunque se
describió inicialmente como las fases que sufrían las personas a las que les
habían diagnosticado una enfermedad terminal, pero más tarde se amplió a
cualquier pérdida catastrófica, incluyendo claro está, la muerte de un ser
querido.
El psicólogo George Bonnano Ha estudiando a víctimas de catástrofes, como el 11-S de Nueva York |
Un autor más reciente, George Bonnano, profesor de
Psicología Clínica en la Universidad de Columbia en Nueva York. Este autor es
el responsable de introducir la controvertida idea de la resiliencia en los
estudios acerca de pérdidas y traumas.
Las investigaciones de Bonnano están recogidas en su libro “El otro lado
de la tristeza”. Según este autor, la capacidad de recuperación natural (resiliencia)
es el principal componente de las reacciones de duelo y trauma, es decir, en la
línea de lo que se conoce como resiliencia en Psicología Positiva, y según
dicha resiliencia estableció cuatro trayectorias para el dolor.
Sin embargo, al margen de los estudios la observación
y el sentido común nos dicen que el proceso del duelo depende también de
factores como las circunstancias de la muerte, la edad (tanto del fallecido
como del doliente), la existencia previa de conflictos psíquicos, el cambio que
dicha ausencia produce en nuestra vida cotidiana… y por otra parte, con
respecto a las fases descritas no se recorren sucesivamente una después de la
otra, sino que se va entrando y saliendo en una especie de bucle hasta la total
aceptación del hecho.
Para ello, es clave sentirse afortunados de haber
compartido la vida con aquella persona que falta. Y es totalmente cierto, que
nunca ha sido suficiente el tiempo que hemos compartido con aquellos que amamos… pero
así es la vida, en la que la muerte es también actriz protagonista.
El Día de Todos los Santos es una fiesta tradicional
católica, dedicada al recuerdo de los antepasados. Se trata de una de las
festividades más antiguas del mundo cristiano. Se celebra el día primero de noviembre
y está íntimamente relacionada con la fiesta que se celebra el día siguiente,
el Día de Difuntos del 2 de noviembre. La creencia tradicional era que el 1 los
vivos visitaban a los muertos y que el día 2, los muertos visitan a los vivos.
El Samhaim celta |
El origen de ambas fiestas proviene de un período
anterior a la cristianización, ya que “Todos los Santos” proviene de una fiesta
celta llamada Samhain que se celebraba para conmemorar el fin del verano. Se comían los frutos que la tierra proporcionaba en ese momento y también servía para venerar a los muertos, al entrar en una estación de oscuridad.
Estos días, los cementerios parecen jardines |
La tradición
en los países católicos consistía en visitar los cementerios, llevando flores a
los difuntos de cada familia. En el norte de la península Ibérica y también en
Occitánia se realizaba también la costumbre de comer castañas y boniatos asados
(Castanyada, en Catalán; Magosto, en tierras asturianas, gallegas y leonesas) y
también dulces de mazapán que en Catalunya se llaman panellets.
Panellets, dulces hechos con mazapán y piñones, y las castañas asadas |
El término anglosajón Halloween (usada desde el siglo XVIII, es la particular contracción
de la expresión All Hallows´Eve, o
sea Víspera de Todos los Santos) también proviene del Samhain celta. Esta tradición se mezcló con la fiesta cristiana del Día de Todos los Santos.
Fiesta de Alls Hallos´Eve, celebrada en Irlanda en una ilustración del siglo XVIII |
Los católicos inmigrantes irlandeses
transmitieron esta fiesta a Estados Unidos, durante la época de la Gran
hambruna irlandesa, en la que más de un millón de irlandeses emigraron a
Norteamérica a mediados del siglo XIX.
Los católicos irlandeses que emigraron a Estados Unidos llevaron buena parte de sus tradiciones |
A partir de aquí, y debido a la colonización cultural
de los Estados Unidos, la tradición de Halloween se extendió por el resto del
mundo, llegando a absorber las costumbres que iban asociadas al Día de Todos
los Santos...
... pero si el día de Halloween hasta lo celebran los extraterrestres...
Recordáis a un aterrado E.T. disfrazado de fantasma, asombrándose de los disfraces que usaban los humanos... (E.T. 1982).
En definitiva, de los Santos al terror (tecnológico, eso sí).
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