La pregunta que nos
hacemos ¿a quién afecta el Trastorno Bipolar? atañe a la Epidemiología, esto es
la una disciplina científica que estudia la distribución, frecuencia, determinantes y predicciones de
los factores relacionados con la salud y con las distintas enfermedades
existentes en poblaciones humanas definidas.
Pues bien, la
investigación epidemiológica del Trastorno Bipolar ha sido difícil y los
resultados –en ocasiones- se han mostrado dispares. Estas discrepancias
reflejan diferencias en la metodología y en los instrumentos empleados en la
identificación de los casos.
Otra posible causa ha sido la ausencia de unos
criterios diagnósticos claros y operativos, ya que a pesar de que como hemos
visto la descripción de la enfermedad maníaco-depresiva es antigua, no fue
incluida en los criterios diagnósticos estadísticos hasta la tercera edición
del DSM en 1980, y en estos treinta y cinco años, han sufrido alguna
modificación como la inclusión de los subtipos y de la ciclotimia. Dado que los
estudios epidemiológicos de prevalencia-vida abarcan mucho tiempo y por ello
estarán sesgados en función de estos criterios.
En el estudio fiable más
reciente se definió la prevalencia conjunta de todo el grupo de estos
trastornos como de 2,6% de la población (en mayores de 18 años). Se trata de un
trabajo estadounidense de Walters en el 2005.
Las estadísticas en otros
países nos revelan una tasa ligeramente inferior, pero en que la
prevalencia-vida se sitúa por encima del 1%.
Hemos mencionado los
subtipos, ¿cuáles son?
Tengamos que cuenta que
los llamados “Trastornos del espectro bipolar”, han recibido y reciben
distintas subtipificaciones en función del criterio clasificador de los
estudiosos del tema. Tal necesidad “entomológica” no es un capricho del
científico de turno, sino que surge de la idea de que si se definen muy
estrictamente las características de un trastorno, podremos estudiar otras
variables de ese grupo homogéneo y correlacionarlas.
Pues bien, dentro del
Trastorno Bipolar, tenemos:
- Trastorno Bipolar, tipo I: Alternancia de fases depresivas y al menos una fase maníaca.
- Trastorno Bipolar, tipo II: Alternancia de fases depresivas y al menos una fase hipomaníaca.
- Trastorno Ciclotímico: En este caso tanto los síntomas hipomaníacos como los depresivos son insuficientes en número, gravedad y duración para ser considerados como tales, pero existe una clara fluctuación crónica del estado de ánimo. Este estado ha permanecido durante al menos dos años.
- Trastorno Bipolar inducido por sustancias y/o medicamentos.
- Trastorno Bipolar producido por enfermedad médica-
Existen
además otras especificaciones, que dificultan no sólo el diagnóstico sino
especialmente el tratamiento:
· Trastorno Bipolar tipo I
(con ciclos rápidos)
· Trastorno Bipolar tipo II
(con ciclos rápidos)
Los ciclos rápidos hacen
referencia a la presencia de cuatro episodios de alteración del estado de ánimo
en los doce meses previos.
Múltiples ciclos, como un fuerte oleaje |
Episodio mixto
En el
contexto de un Trastorno Bipolar tanto tipo I como tipo II, la presencia concomitante
de síntomas depresivos con síntomas maníacos o hipomaníacos.
Y por
último, aunque no clasificado dentro de los criterios, lo que los especialistas
cada vez más denominan “Trastorno Bipolar tipo III”.
Este último hace referencia a
personas que inician un episodio maníaco o hipomaníaco tras la toma de
antidepresivos. Habitualmente
estos pacientes cuentan con antecedentes familiares de Trastorno Bipolar, y
también es frecuente que cuenten con un temperamento caracterizado por la
inestabilidad emocional, o por el tipo de temperamento hipertímico definido por
un autor llamado Akiskal. Las personas con temperamento hipertímico tendrían un
funcionamiento optimista, realizarían muchos planes, una gran exuberancia y
también tendencia a la inestabilidad emocional.
Hipomanía farmacógena |
Hagoup Akiskal, ya considera que los pacientes con depresión recurrente e historial familiar de Trastorno Bipolar, entrarían en la categoría de "Trastorno Bipolar tipo III".
En opinión
de un gran número de expertos, la aparición de un cuadro de hipomanía o manía
al tomar un antidepresivo se debe a la presencia de una vulnerabilidad fisiológica,
que hace que estos pacientes puedan ser considerados dentro del espectro del
trastorno bipolar, y ser más delicados frente a los tratamientos que pueden
modificar el estado de ánimo.
Pues bien, volvamos a la epidemiología, si consideramos todos los posibles diagnósticos la cifra de personas que lo
sufren se eleva considerablemente hasta casi el 6% de la población.
La
distribución entre sexos es homogénea (según algún estudio con un ligero
predominio para el sexo femenino) pero no como en los trastornos depresivos y
en los trastornos de ansiedad.
La edad de
comienzo de la enfermedad también ha sido motivo de controversia, ya que
algunos estudios han considerado “edad de comienzo” no aquella en la que
aparecen los primeros síntomas, sino la “edad de comienzo cuando se presenta un
desajuste social” o “incluso la edad cuando se realiza el diagnóstico”.
Diversos
autores han revisado los estudios previos, concluyendo que:
- Clásicamente se consideraba la edad de inicio de la enfermedad al final de la tercera década de la vida.
- Sin embargo, entre un 20 y un 25% de los pacientes presentan una edad de inicio precoz (alrededor de los 18 años).
- Un inicio precoz y manifestaciones prepuberales de síntomas afectivos estarían asociados a un genotipo bipolar más grave.
El trastorno bipolar puede presentarse antes de la pubertad - Los trastornos bipolares de inicio precoz tienen antecedentes familiares de trastornos afectivos tres veces superior a la observada entre los familiares de los pacientes de inicio tardío.
- El comienzo de la enfermedad por encima de los 60 años es considerado raro, en este caso siempre hay que considerar una comorbilidad neurológica.
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