domingo, 23 de marzo de 2014

Platero, Aguedilla, Juan Ramón. DEPRESIÓN Y CREATIVIDAD.


El poeta, a lomos de Platero

Muchos escritores célebres, han sufrido padecimientos psíquicos, especialmente cuadros depresivos. También es posible que el creador pueda plasmar la melancolía con una mirada especial. 

Este año se celebra el centenario de la publicación de uno de los libros más hermosos escrito en lengua castellana: “Platero y yo”.

Primera edición de "Platero y yo", publicada en 1914

Como el propio Juan Ramón Jiménez advierte en su prologuillo:

Suele creerse que yo escribí Platero y yo para los niños, que es un libro para niños. No.  …
Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que a todos se le ocurren

Así pues, haciendo caso a Juan Ramón, este libro me ha acompañado no pocas veces en mi vida adulta, y siempre emociona, desde la dedicatoria:
 



A la memoria de AGUEDILLA, la pobre loca de la calle del Sol que me mandaba moras y claveles”






Platero y yo es sin duda la obra más conocida del poeta Juan Ramón Jiménez (1881-1958). Platero es difícil de clasificar, se podría decir que reúne dos géneros literarios, el lírico y la novela.

Para algunos se trata de un relato poético de ciento treinta y cinco poemas en prosa, más tres de reflexión posterior (“A Platero en el cielo de Moguer”, “Platero de cartón” y “A Platero en su tierra”). Pueden leerse de forma independiente o salteada, pero todos juntos adquieren sentido para constituir una obra unificada.
Aparentemente, está constituido por breves estampas que entre sí no guardan un orden temático y se corresponden a impresiones, sensaciones y recuerdos de la infancia de Juan Ramón en su  pueblo natal de Moguer:
Estampas de Moguer:
Las chumberas

Las marismas

La ermita de Montemayor

Nací en Moguer, la noche de Navidad de 1881. Mi padre era castellano y tenía los ojos azules; y mi madre, andaluza, con los ojos negros. La blanca maravilla de mi pueblo guardó mi infancia en una casa vieja de grandes salones y verdes patios. De estos dulces años recuerdo que jugaba muy poco, y que era gran amigo de la soledad…"  
 
La blanca maravilla de Moguer

En los relatos de Platero y yo se mezclan el mundo idílico (“la blanca maravilla de mi pueblo”) y el dolor, ya que también se exponen tragedias, deformidades físicas y psíquicas y la propia muerte, además de la idealización de Platero, alter ego animal, compañero y oyente del poeta.
Platero, compañero del poeta

La muerte de Platero
La estructura de la obra corresponde a un esquema circular y cerrado, se inicia en primavera y termina en la misma estación. Su principio y fin aparecen unidos a la mariposa (símbolo del alma ya desde la antigüedad clásica, y por tanto de la riqueza espiritual) y a la sangre  (señal del dolor humano). Estos dos extremos, espíritu y dolor están siempre conectados en la poesía de Juan Ramón.

Juan Ramón Jimenez, retrato de juventud realizado por Sorolla
La vida de Juan Ramón Jiménez estuvo marcada por varias crisis depresivas. A los 19 años, y en franca oposición a su familia abandonó sus incipientes estudios de Derecho que cursaba en Sevilla y se trasladó a Madrid, entrando en contacto con los grandes poetas modernistas, por los que sentía admiración, especialmente por Rubén Darío. Sin embargo, a los veinte años sufre su primera depresión, por lo que regresa a Moguer, un año más tarde ante la persistencia de la enfermedad es ingresado durante varios meses en un sanatorio psiquiátrico en Burdeos, y de allí pasará al sanatorio del Rosario en Madrid. En la habitación del sanatorio organiza reuniones a las que asisten Machado, Valle-Inclán, Benavente... Allí pasa dos años de grato recuerdo.
En 1905, una nueva fase depresiva le hace regresar a Moguer. Durante esta estancia pergeña Platero y yo. En los años siguientes, empeora su enfermedad y tras la muerte de su padre se produce el descalabro económico de su familia.
Zenobia Camprubí, en 1918.
Pintado también por Sorolla
En 1913 conoce en Madrid a su amor definitivo: Zenobia Camprubí, también escritora y traductora, con la que se casa tres años más tarde. Su obra poética crece y pasa de la llamada “etapa sensitiva” a la denominada “etapa intelectual”, un tipo de poesía pura, con una lírica a menudo de difícil comprensión.
En 1936 estalla la guerra civil española, y se mantiene fiel la lado republicano, siendo nombrado agregado cultural de la embajada de España en Washington. La victoria de Franco  hace decidir al matrimonio mantenerse exiliados en América. La tendencia depresiva del poeta hará que el exilio le aleje de la realidad e intensifique su aislamiento social. En 1950 se instala en Puerto Rico, y pronto su amada Zenobia enferma de cáncer.
Un abatido Juan Ramón Jimenez en 1956

En 1956, a los pocos días de serle concedido el Premio Novel de Literatura muere su mujer. Juan Ramón se recluye en su casa en la más absoluta oscuridad.
                                                
"Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando,
y se quedará mi huerto con su verde árbol
y su pozo blanco.

Todas las tardes
el cielo será azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las esquilas del campanario.

Se morirán los que me amaron…
Y el pueblo se hará nuevo cada año.”

El 29 de mayo de 1958, totalmente desolado murió el poeta.

Cincuenta años antes, había escrito:



CXXXV – MELANCOLÍA

Esta tarde he ido con los niños a visitar la sepultura de Platero, que está en el huerto de la Piña, al pie del pino redondo y paternal. En torno, abril había adornado la tierra húmeda de grandes lirios amarillos.

Cantaban los chamarices allá arriba, en la cúpula verde, toda pintada de cenit azul, y su trino menudo, florido y reidor, se iba en el aire de oro de la tarde tibia, como un claro sueño de amor nuevo.

Los niños, así que iban llegando, dejaban de gritar. Quietos y serios, sus ojos brillantes en mis ojos, me llenaban de preguntas ansiosas.

- ¡Platero amigo! - le dije yo a la tierra- ; si, como pienso, estás ahora en un prado del cielo y llevas sobre tu lomo peludo a los ángeles adolescentes, ¿me habrás, quizá, olvidado ? Platero, dime: ¿ te acuerdas aún de mí?

Y, cual contestando a mi pregunta, una leve mariposa blanca, que antes no había visto, revolaba insistentemente, igual que un alma, de lirio en lirio...

Platero y yo (1914)
Juan Ramón Jiménez
            


sábado, 8 de marzo de 2014

Yo tenía un perro negro llamado DEPRESIÓN.



DEPRESIÓN




Este vídeo explica qué es la depresión, cómo afecta a las personas y la importancia de buscar ayuda para conseguir sentirnos mejor, aprendiendo a convivir con la depresión en vez de sumergirnos en ella.



El ESTIGMA SOCIAL en la SALUD MENTAL





El estigma en la salud mental

Diálogo real entre dos amigos, (ó lo que mi memoria alcanza) escuchado involuntariamente en un cine:  

El: -¿Qué? Qué tal estás?

Ella: - Mejor, mi médico me ha dado un nuevo antidepresivo y estoy mejor…

El (interrumpiéndola): -Yo no se porqué no te dejas de tantas pastillas, solo consigues que te atonten.

Ella: - No, la verdad es que me empiezo a sentir mejor, hace dos semanas no habría podido seguir una película y ni me hubiera atrevido a salir de casa… Creo que el psiquiatra y el tratamiento me están ayudando.

El: (vehemente y resoplando): -Buf… Vaya tontería. Mira, te tienes que ayudar tu misma… Yo también he tenido mis problemas y me los he resuelto yo (énfasis en el yo). Hoy estás mejor porqué te has decidido a salir… Y eso debes hacer, animarte. Oye tu no tienes problemas para estar así, pero continúa empastillandote y acabarás como una zombie.

Ella (apagada y con un hilo de voz): -No se… quizá sí que no pongo de mi parte. 


El solitario camino de la enfermedad mental

Las personas que sufren una afección psíquica deben afrontar una doble dificultad para recuperarse de la misma: el trastorno en sí y los prejuicios e incluso las discriminaciones que recibe por padecerla.
 

Los pacientes sufren su trastorno y la discriminación social por padecerlo 

Hablamos del estigma social, una carga de sufrimiento añadido, que incrementa de forma totalmente innecesaria los problemas de la enfermedad… y que en ocasiones constituye uno de los principales obstáculos para la obtención del tratamiento y el éxito de la recuperación.

El origen del estigma está en estereotipos y mitos injustos heredados de siglos de incomprensión hacia algunas enfermedades. Históricamente, ciertas dolencias han despertado prejuicios hacia quienes las padecen. Desde la Edad Antigua eran discriminado los que padecían lepra. En la Edad Media, los afectados por la peste bubónica. En el siglo XIX, los afectados de tuberculosis. Más recientemente aquellos que sufrían cáncer o sida. Pero la discriminación de las personas con un trastorno psíquico ha sido una constante a lo largo de los siglos.


El estigma se ha mantenido a lo largo de los siglos 

De alguna manera se han perpetuado los estereotipos, y a pesar de la divulgación acerca de estos trastornos, existen unas ideas “aceptadas” por la sociedad y que permanecen invariables. La reiteración de estos estereotipos han creado una corriente de pensamiento que se ven reflejados en el día a día (como en el diálogo anterior, en el que un supuesto “no paciente” afea a una “paciente” el hecho de estar deprimida, el tratamiento que recibe y le conmina a que se ponga buena con su solo esfuerzo… y supongo que todo ello, dicho con la mejor de las intenciones).


Al paciente con una dolencia psíquica se le percibe "diferente"

El estigma es la etiqueta que se pone sobre la persona y resulta muy difícil desprenderse de ella. Llega a ocultar a ese hombre o esa mujer, porque se la identifica plenamente con el hecho por el que se le etiqueta. El lenguaje da buena muestra de cómo la enfermedad mental se identifica como único rasgo de la personalidad de quienes la padecen. Si tiene esquizofrenia, pasa a ser “esquizofrénico”; si sufre depresión, es una persona “depresiva”. Algo que actualmente no sucede con otras enfermedades, porque a quien padece cáncer no se le llama “canceroso”, aunque si que he oído alguna vez la acepción “sidoso” de forma peyorativa.


El paciente también se cree "diferente" 
Una de las consecuencias más graves de la discriminación es la creación del autoestigma. Los prejuicios en muchos casos afectan a los enfermos hasta el punto que los asumen como verdaderos,  y pierden la confianza en su recuperación y en sus capacidades para llevar una vida normalizada. Estereotipos y prejuicios acaban por instalarse en la persona, que asume esas actitudes marginadoras y se autodiscrimina.

Hace pocos días escuchaba la frase: 
“¿Quién me querrá si tengo crisis de ansiedad?”

Y esto me lo estaba diciendo una mujer inteligente y atractiva, que lleva una vida totalmente normal, cumpliendo con su trabajo y sus obligaciones, a pesar de sufrir síntomas de ansiedad (ahora ya muy esporádicos) y que ha aprendido a manejar y lidiar con ellos.

Esto es, el estigma social y el propio autoestigma generan reacciones emocionales negativas, con una merma de la sensación de dominio sobre su vida, y una visión también negativa acerca de sus capacidades, cualidades, y una renuncia a objetivos vitales totalmente legítimos.


Todas las personas somos como nubes. Iguales y diferentes a la vez 



Las imágenes que he utilizado son obra del fotógrafo español Chema Madoz (Madrid, 1958) al que en el año 2000 le fue concedido el Premio Nacional de Fotografía.

Madoz destaca por sus trabajos en blanco y negro, de corte surrealista. Su obra recoge objetos cotidianos, compuestos a través de hábiles juegos de imaginación, a modo de pequeños poemas visuales. Las perspectivas y texturas juegan un importante papel en el resultado final de la imagen. 







domingo, 2 de marzo de 2014

MUJER Y PSICOPATOLOGÍA (II) Estrés específico



"Habitación de hotel" (1931) Edward Hopper
La figura femenina sugiere una gran desolación


Ya he mencionado en la entrada anterior que tanto las circunstancias etiológicas,  como las variables de estrés, y también las formas de enfermar, difieren en ambos sexos. Vamos a considerar las variables de estrés específicos para las mujeres. Se clasifican en:

  1. Derivadas de la fisiología femenina.
  2. Derivadas por cambios vitales.
  3. Aspectos atribuidos al rol femenino.
  4. Estrés oculto y aspectos asociados a crisis vitales. 




1. Estrés derivado de la fisiología femenina

A tener en cuenta a su vez:

·               Menarquia y aparición de caracteres sexuales

"Pubertad",  de Edvard Munch
La menarquia es el primer período menstrual que experimentan las adolescentes, por lo tanto es un acontecimiento que sucede en la pubertad, momento tormentoso de por sí, y depende de un aumento gradual de secreción de hormonas gonadotrópicas por parte de la hipófisis.

Son muchos los factores que pueden influenciar la experiencia psicológica de la menarquia: los estereotipos culturales, las expectativas que las niñas tienen de si mismas, la información recibida y el tono de la misma, y el estado de desarrollo tanto físico como psíquico en que se encuentren las jóvenes.


·               Menstruación

El ciclo menstrual de la mujer está regulado por hormonas y neurotransmisores, que a su vez influyen en su estado anímico. Está estimulado por el hipotálamo a través de las hormonas FSH y LH. Se produce la maduración del folículo para la posterior fecundación; en el caso de no haber fecundación se produce la degeneración del endometrio, el ciclo se repite en la mujer cada 28 días. El ciclo menstrual se divide en fases.

Las fases del ciclo menstrual

El llamado “trastorno disfórico premenstrual” es un cuadro que se produce en un 3% de las mujeres menstruantes una o dos semanas antes de la aparición de la regla, es decir en la llamada fase luteínica.

La relación entre el TDPM y otros cuadros psíquicos no es sencilla, pero parece que aquellas mujeres que presentan trastornos afectivos pueden experimentar un mayor número de síntomas psíquicos durante su ciclo menstrual.


·               Embarazo

Durante el embarazo, no solo se producen cambios fisiológicos, bioquímicos o anatómicos. También en el ámbito psicológico se presentan una serie de cambios, y estos a su vez variarán a medida que transcurra el proceso. También los cambios estarán influidos por la relación de pareja, y la asunción que haga esta pareja de los cambios que experimenta la gestante. Un embarazo puede ser vivido como un proyecto común, o como algo exclusivo de la mujer. Ni que decir tiene, la diferencia entre estar gestando un embarazo deseado y planificado, a llevar a término un embarazo no previsto. Un último aspecto son los temores, especialmente en aquellas madres primíparas, sobre todo en lo que concierne a la salud del bebé y a la situación de dolor físico del parto.
Mejor embarazo si se aborda como un proyecto común
Otro aspecto a considerar es que durante el período del embarazo la mujer sigue con su vida… y pueden suceder acontecimientos de toda índole, cuya vivencia estará mediatizada por su condición de embarazada, sus capacidades físicas y sus hormonas.
Asimismo, las personas que previamente hayan padecido trastornos de ansiedad o trastornos depresivos, auque sean leves, pueden experimentar una recaída o agravamiento de sus síntomas durante la etapa de gestación, simplemente por la relación hormonas/neurotransmisores.

·               Infertilidad

Cuando se toma la decisión de tener un hijo, el ciclo menstrual es vivido con anhelo e impaciencia, convirtiéndose en un deseo que todo lo acapara. Se confunden los síntomas del propio ciclo con los del embarazo, y la menstruación es recibida como una catástrofe, con desilusión y tristeza. Y a medida que esto se repite se producen síntomas de vacío y desamparo. Luego llega la decisión de consultar a un especialista.
Las parejas sometidas a tratamientos para la infertilidad viven en una constante montaña rusa emocional que, en muchas ocasiones, requiere de ayuda profesional. Los estudios han demostrado que la infertilidad está asociada con el sufrimiento psicológico: la larga duración de los estudios, la cantidad de exámenes, que incluyen procedimientos como la laparoscopía, el buscar el momento adecuado para las relaciones sexuales, los tratamientos hormonales... todo ello puede ser muy estresante. 
Como todos los métodos de reproducción asistida tienen un porcentaje de fracaso, el hecho de repetir los ciclos de tratamiento sin lograrlo puede ser muy angustioso para la pareja, pero especialmente para la mujer. Se llegan a describir sentimientos de culpa, furia, frustración, aislamiento, fracaso y angustia. Es ese momento que por la calle solo se ven cochecitos de bebe... de otras personas. 
Cuando una mujer desea quedarse embarazada, los bebés ajenos parecen multiplicarse

·               Menopausia

La menopausia es el momento en que finaliza la menstruación y la vida reproductiva de la mujer, es un proceso de cambio natural, una etapa más de la vida en el que influyen factores fisiológicos, psicológicos y sociales. En ningún caso la menopausia es una enfermedad, es un periodo de transición en el que muchas mujeres experimentan un duelo a través de un intenso proceso emocional.

Los temidos sofocos de la menopausia, no a todas las mujeres afectan por igual

Los cambios hormonales derivados de este proceso pueden causar síntomas físicos y psicológicos. En cuanto a los síntomas psicológicos pueden incluir:

§  Alteraciones del estado de ánimo
§  Ansiedad
§  Sintomatología depresiva
§  Irritabilidad
§  Insomnio
§  Disminución del interés sexual
§  Fatiga mental y falta de concentración y  memoria

Cada mujer vive esta etapa de una manera diferente. Tanto a nivel personal como social podemos encontrar tabús o creencias irracionales en torno a la menopausia, que generan efectos negativos, provocando una gran ansiedad anticipatoria a padecer algunos trastornos corporales como las sofocaciones, la irritabilidad y sobre todo la pérdida del deseo sexual… todo ello puede generar en la mujer una imagen de deterioro y debilidad.


·               Envejecimiento e imagen corporal

En la sociedad que vivimos la edad aparece como fuente de descalificación. En el momento actual, las personas de la tercera edad se han enriquecido tanto en el plano psicosocial como en el biológico (están más saludables, y tienen mayores conocimientos y mayor acceso a la información) sin embargo se han perpetuado los “lugares comunes” añadiéndose desde la sociedad tecnocrática la creencia de que con los años el saber no se acumula, sino que caduca.

Esta etapa, de por sí dura para todos los humanos, lo será especialmente para las mujeres. El envejecimiento conlleva la pérdida de la belleza o del estereotipo de belleza (por eso vemos en ocasiones esperpénticos intentos de amarrarse a ella por vía quirúrgica).

La hermosa actriz Gloria Stuart, una imagen de su juventud (26 años) y con 87 cuando protagonizó "Titanic" (1997)

 
Hay autores que hablan de la doble discriminación de la mujer anciana, debido a los prejuicios relativos a su sexo y a su edad. Uno de los problemas asociados al envejecimiento (etapa de la vida llena de pérdidas) es la disminución del poder adquisitivo y del estatus social, factores ambos que inciden sobremanera en las mujeres (su pensión de viudedad queda mermada, su vida social también) hasta el punto que en la Unión Europea se habla de la feminización de la pobreza. 




2. Estrés derivado de cambios vitales de la mujer

La mujer a lo largo de su vida experimenta una serie de cambios vitales que le suponen procesos de adaptación constante: el matrimonio, la maternidad, el casi inevitable divorcio, el ir cumpliendo años en una sociedad que venera la juventud. El tan cacareado “síndrome del nido vacío”.

Algunos de estos aspectos se han abordado ya, al estar fuertemente ligados a la fisiología femenina. Voy a referirme a dos circunstancias que veo en mi quehacer diario:

·               Aspectos psicológicos del divorcio (mujer)

Es frecuente que se produzca una reacción de duelo en ambos integrantes de la pareja por la pérdida de la relación, especialmente en quien no fue el promotor de la decisión. Ello ocasiona vivencias de hostilidad y rencor, así como episodios de angustia, tristeza y soledad como consecuencia de la inaccesibilidad del sujeto de apego.

Obviamente, no siempre la ruptura es así... Pero es frecuente que si la iniciativa parte del marido,
 la mujer perciba algo así. 

Asimismo pueden producirse problemas en la autoestima y la identidad de las personas involucradas en el divorcio. También sentimientos de culpa al fracasar en el matrimonio o por no poder mantener íntegro el hogar para los hijos, las recriminaciones “explicativas” recibidas de la expareja, los cambios negativos en la organización, la disminución del poder adquisitivo, la disminución del tiempo libre para los hijos y para sí misma, y el nuevo papel social que pasan a desempeñar.

Y como colofón, algunos estudios han evidenciado que las dificultades y la duración del proceso legal están negativamente correlacionadas con la relación coparental.

En resumen, el divorcio implica que se pase de una situación de apego sentimental y cooperación vital, a una situación de pérdida de vínculos afectivos, mayores dificultades en la vida cotidiana al no existir dicha cooperación cuando no una abierta beligerancia.


·               Síndrome del nido vacío

El “síndrome del nido vacío” es una sensación de soledad que los padres pueden sentir cuando los hijos abandonan el hogar. Es más común en las mujeres, pero puede ocurrir en ambos sexos.

Un lazo maternal fuerte entre madre e hijos puede empeorar esta condición. En ocasiones la mujer experimenta una pérdida de identidad como referente para la nueva generación, especialmente si la relación de pareja se encuentra postergada, o en una fase de rutina y poca complicidad.

Esta condición se ha vuelto más importante en los últimos cincuenta años a medida que las familias extensas son menos comunes que en otras épocas, y normalmente solo conviven dos generaciones (padres e hijos), y cuando los hijos entran en la edad adulta abandonan el hogar de los padres…

Si bien es cierto que la dificultad de acceso al trabajo y a la vivienda ha hecho que muchos treintañeros sigan permaneciendo en el domicilio de sus padres; pero no están vinculados a la vida hogareña, sino que conviven como meros huéspedes en un alojamiento donde se les proporciona casa, comida, y cuidado de sus enseres. En estas circunstancias, las madres suelen tener actitudes ambivalentes hacia estos hijos: se sienten esclavizadas por ellos, a la vez que temen que se independicen.

La película francesa "Tanguy" (2001) de Étienne Chatiliez, recoge la situación de un hijo adulto que no quiere irse de la casa de sus padres. 



3. Aspectos atribuidos al rol femenino

Ni quiero hacer énfasis en el papel atribuido a la mujer en la cultura tradicional, en el que a lo largo de toda su vida era propiedad de un hombre, primero del padre y después,  tras su matrimonio del marido.

Al contrario, me refiero a la situación de estrés específico para la mujer que representa el ejercer su rol (mas bien diría los diferentes roles) en la sociedad actual: el rol profesional, al que se le suma el control doméstico y el de la maternidad, no sólo en su función biológica sino también en el de “administración” emocional de la familia.
"Llego a todo... y hago yoga"

Por otra parte, todos sabemos de una “nueva epidemia” (al menos en su definición, no en su existencia) lo que se ha denominado como “violencia de género” aunque ejercida especialmente contra la mujer, y que afecta a todos los estratos sociales.

Una escena de la conmovedora "Te doy mis ojos" (2003) dirigida por Iciar Bollaín. Laia Marull y Luis Tosar, actores protagonistas



4. Estrés oculto y aspectos asociados a crisis vitales

La acepción “estrés oculto” hace referencia a la escasa satisfacción que algunas personas (en este caso mujeres) pueden obtener de circunstancias vitales consideradas  positivas.

En este sentido, el más claro y que veo habitualmente en consulta es el estrés asociado a la crianza. La historia típica sería la de una mujer, en situación de baja maternal o excedencia para cuidar a un bebé (deseadísimo y queridísimo). A esta madre, por otra parte cariñosa y entregada con su hijo, gran parte de las tareas que debe realizar en esa época le resultan tediosas (por poner un adjetivo tibio). Esta mujer puede sentirse atrapada en un mundo pueril de “Baby Mozart” y “Pocoyó”, con escasas horas de sueño, escaso tiempo para ella misma, visitas de abuelos o familiares a los que también hay que atender, conversaciones sobre naderías con otras madres ó canguros en el parque, la sensación de alejamiento de su pareja que sigue con su vida: trabajo, gimnasio, amigos… y que además puede recriminarle que “no esté trabajando”. Y todo ello, vivido con una gran ambivalencia, entre el sentimiento de injusticia por la situación,  y de culpabilidad simplemente por el hecho de sentirlo.

No siempre la crianza es una etapa dichosa

En cuanto a los aspectos asociados a crisis vitales, vengo a referirme al papel asignado a la mujer como cuidadora en caso de enfermedad. De los hijos, obviamente, pero también en una etapa de la vida, cuidadora de sus mayores (tarea que posiblemente tenga que compaginar con su trabajo y el cuidado de su propia familia).