jueves, 21 de agosto de 2014

Pero ¿quién cuida al cuidador? La historia de Vincent y Theo.

Theo a la izquierda de la imagen y Vincent, a la derecha.
Ambos retratos son obra de Vincent van Gogh
Las personas (no profesionales, es decir los familiares) que cuidan a pacientes que sufren deterioro cognitivo, alteraciones de la memoria y trastornos de conducta son una población con una elevada situación de estrés y alto riesgo de enfermar.
Por una parte, el cuidador experimenta un sentimiento de responsabilidad hacia su familiar enfermo, que hace que le resulte difícil conciliar otras facetas de su vida personal, como las relaciones con otros miembros de su familia, sus otras relaciones personales, llevar a cabo su trabajo o actividades habituales, y especialmente su autocuidado, ya que apenas disponen de tiempo para sí mismos.
"Cuídame, como yo te cuidé a ti"
Pero también, las alteraciones de conducta no siempre son bien entendidas por un cuidador no profesional, ya que resulta sorprendente e inquietante no reconocer la personalidad del familiar enfermo. Como además, el estado clínico fluctúa (es decir tienen oscilaciones, días y momentos mejores y peores), se produce una cierta perplejidad que puede devenir en pérdida de la paciente e incluso irritabilidad.
En la película "Love actually", Sarah lo deja todo cuando la llama su hermano,
 enfermo mental e ingresado en una institución
Por tanto, es un muy importante el soporte y cuidado del cuidador, ya que no solo hay que intentar mejorar la calidad de vida del enfermo diagnosticado, sino también de las personas que se hacen cargo del paciente. 

Theodorus van Gogh en 1888
Theodorus van Gogh (1857-1891) es mucho más conocido por ser hermano del famoso pintor, que por sí mismo.
No obstante, el papel que jugó Theo en la vida y obra de Vincent, fue fundamental, ya que le prestó el apoyo financiero y en la medida que pudo el apoyo emocional para que este se dedicara exclusivamente a la pintura.
Vincent y Theo eran hijos de un humilde pastor protestante de la provincia de Brabante en los Países Bajos. Vincent nació el 1853 y recibió el mismo nombre que el primogénito de la familia, nacido un año antes y fallecido a las pocas horas. Theodorus era cuatro años menor, La familia tuvo otros cuatro hijos: Willhelmina, Elisabetha, Anna Cornelia y Cornelius.

La familia van Gogh al completo. El primero a la izquierda Vincent, el tercero Theo. 

Theo admiraba profundamente a su hermano, y en principio siguió los pasos profesionales de éste, ya que Vincent –a pesar de su inclinación al dibujo-  se empleó siendo muy joven en la galería “Goupil & Cie” una importante compañía internacional de comercio de arte de La Haya. El hermano menor Theo empezó a trabajar en la sede de Bruselas de la misma empresa. En esta galería siguieron ambos durante unos años, Vincent fue trasladado a Londres, aunque fue despedido en 1878.  Theodorus, sin embargo, destacó como marchante, y en el invierno de 1880 fue a parar a la sede central de París.
La galeria Goupil et Cie, en la Place de l'Opera de París

Theo van Gogh contribuyó extraordinariamente a la popularidad de artistas impresionistas como Claude Monet y Edgar Degas convenciendo a sus patronos que expusieran la obra de estos pintores,  aunque por razones éticas no hizo lo mismo con las de su hermano.
"Claude Monet pintando en su jardín"
a su vez, pintado por Renoir, 1873

Sin embargo, Theo ayudó constantemente a Vincent para que este pudiera dedicarse a su auténtica vocación, procurándole medios económicos y el soporte emocional que tanto necesitaba el genio pero inestable Vincent. Es Theo quien imprime veinte litografías de una de sus grandes obras tempranas “Los comedores de patatas” para venderlas a precios asequibles y conseguir dinero para su hermano.

"Los comedores de patatas", Vincent van Gogh, 1888
Una de las litografías de la obra anterior. Vemos que están invertidos los personajes

En 1886, Theo insiste en que Vincent vaya a vivir con él y alquila para ambos una casa en el parisino barrio de Montmartre. En ese momento, Theodorus que trabajaba en otra galería “Boussod & Valadon” en competencia con otros marchantes se había hecho con una parte importante de la obra de los impresionistas, sobre todo la de Monet. Theo además pone a Vincent en contacto con otros pintores: Paul Gauguin, Paul Cézanne, Henri Toulouse-Lautrec, Henri Rousseau, Camille Pissarro  y Georges Seurat, lo que produjo una paleta más colorida y luminosa en la obra de Van Gogh. Sin embargo, durante los dos años de convivencia los hermanos tuvieron múltiples fricciones y siempre tuvo que se Theo el que cediese y perdonase.
Como Vincent van Gogh se había trasladado a Arlés, ya que no soportaba vivir en París. En esa época, un Vincent entusiasmado por el paisaje provenzal escribe a Theo:

He pasado una semana en Saintes-Maries. En la playa de arena había pequeñas barcas verdes, rojas y azules, de formas y colores tan bellos que hacían pensar en flores. Son tan pequeñas que casi nunca van a alta mar. Salen cuando no hace viento y vuelven a tierra cuando sopla con demasiada fuerza”
    
"Las barcas de Saintes-Maries"

"La casa amarilla" 1888
Theo, representante de Gauguin le persuade para que visite a Vincent en Arlés, donde vivirán en la célebre "casa amarilla". Theo le había proporcionado trescientos francos a su hermano para que pudiera acondicionarla. 





La famosa pintura del dormitorio del artista en la casa de Arlés












Inicialmente, ambos artistas trabajan, se retratan mutuamente y pintan algunos lugares históricos de Arlés, desde el punto de vista de cada cual. 
La avenida des Alyscamps de Arlés.
Arriba, según van Gogh
Abajo, según Gaugin


Autorretrato de Vincent, con un vendaje en la oreja
Sin embargo, con el paso de las semanas la convivencia fue empeorando, debido al carácter muy temperamental de ambos. Entonces, en el mes de diciembre de 1888 se produce el famoso altercado que dio lugar a la pérdida de parte de la oreja izquierda de Van Gogh. Gaugin declaró a la policía que la pérdida de la oreja de Vincent se había debido a una autolesión, y explica que fue como resultado del disgusto que le produjo la noticia de que su hermano Theo iba a casarse.
En efecto en 1889, Theo se casa con Johanna Bonger, y al año siguiente nace su único hijo Willem. Tras el matrimonio de Theo, Vincent decide internarse voluntariamente en el hospital mental de Saint-Paul-de-Mausole, que ocupaba un antiguo monasterio en la localidad provenzal de Saint-Remy, a unos treinta quilómetros de Arlés.
De todos es conocido que Vincent van Gogh sufrió frecuentes brotes de enfermedad mental a lo largo de su vida (aunque el diagnóstico es controvertido, se habla de un trastorno esquizofrénico o bien de una psicosis maníaco depresiva grave).
Un cuadro característico de la época del internamiento de Vincent van Gogh en Saint-Remy
"La noche estrellada"
"La viña roja" uno de los pocos cuadros vendidos en vida del pintor
Durante su estancia en Saint-Rémy, Vincent sigue pintando, y de esta época su pintura se caracteriza por la presencia  de remolinos, que dota a sus cuadros de una gran vitalidad rítmica.
A pesar del inicial enfado de Vincent, el pintor y  Theo se mantienen en estrecho contacto, y es el marchante quien presenta los cuadros que su hermano le indica en diferentes exposiciones, como el Salón de los Independientes de París, y también en Bruselas.
Sin embargo, la enfermedad de Vincent progresa y vuelve a padecer nuevos colapsos, con gran angustia, terror, alucinaciones y accesos de ira. Vincent decide abandonar la clínica, pasa fugazmente por París para ver a su hermano y se establece en Auvers-sur-Oise.

La iglesia de Auvers
En esta localidad, cercana a París, se instala en una pensión.  Un médico amigo de Theo y aficionado a la pintura, Paul Gachet, se ofrece a cuidarle y visitarle. En esa época Vincnt pinta frenéticamente, desde los paisajes de Auvers hasta retratos del Dr. Gachet y su hija Marguerite. 

"Retrato del Dr. Paul Gachet" (1890)

                                             
A pesar de que existe una tendencia general a especular sobre la influencia de su enfermedad mental sobre su pintura, diversos críticos de arte,  aseguran que las obras del artista están ejecutadas con un completo control.


En sus últimos meses de vida, Vincent pinta frenéticamente
  


Durante su estancia en Auvers, Theo y Vincent siguen su continuo contacto epistolar y Vincent incluye a su cuñada a la que llama Jo en sus cartas.  Además el marchante y su mujer Johanna le visitan y atienden. Sin embargo, en febrero de 1890, Van Gogh sufrió una nueva crisis, que dura hasta finales de abril. Tras un breve período de mejoría, el 27 de julio de 1890, mientras paseaba por el campo, se disparó un tiro en el pecho con un revólver. No obstante, volvió por su propio pie a la pensión donde se alojaba, sin percibir que su herida era mortal. Murió en su cama dos días después en brazos de su hermano Theo.
La gran amistad y unión entre los hermanos está documentada en las numerosas cartas que se escribieron desde agosto de 1872 (unas seiscientas cincuenta). En ellas le cuenta a su hermano todo lo que hace, su visión de la pintura y de otros pintores, le describe maravillosamente los paisajes que quiere pintar,  le confía sus pensamientos. También le cuenta su situación económica (normalmente desastrosa) y le agradece las cantidades que Theo le iba enviando. 

“Pues bien, mi trabajo; arriesgo mi vida y mi razón destruida a medias -bueno- pero tu no estás entre los marchantes de hombres, que yo sepa, y puedes tomar partido, me parece, procediendo realmente con humanidad, pero ¿qué quieres? 

Estas son  palabras de Vincent en su última carta a Theo, que no llegó a enviar, se encontró junto a su cama. 
Vincent fue enterrado en el cementerio de Auvers-sur-Oise. Y su querido hermano también tuvo un final prematuro y trágico. Theo sufrió una crisis nerviosa, posiblemente secundaria a una insuficiencia renal (o tal vez padecía de sífilis, según otros autores) y hubo de ser ingresado en una clínica de Utrecht, donde falleció el 25 de enero de 1891, seis meses después de la muerte de su hermano.
En 1914, los restos mortales de Theodorus van Gogh fueron trasladados y se enterró junto a la tumba de su hermano en Auvers.













miércoles, 20 de agosto de 2014

Good morning, Robin. El mito del payaso triste...



... y también adiós. 


Robin Williams en una foto reciente. Triste mirada. 

Durante las vacaciones siempre nos sorprende alguna noticia, por inesperada y discordante con esta época.   

En esta ocasión ha sido la muerte por suicidio consumado del actor Robin Williams. Tenía 63 años y era una persona exitosa y reconocida en su profesión (había ganado un Oscar en 1997, varios Globos de Oro y recibido en 2005 el Premio Cecil B. de Mille a la mejor trayectoria profesional). También se le conocía como filántropo, ya que dedicaba parte de su tiempo y su dinero a distintas causas, y también he leído que ayudó económicamente a su amigo Christopher Reeves y a su familia tras su fatal accidente.
Williams en el cartel publicitario
de "Good morning, Vietnam"

Se inició como actor de comedia (un histrión*) primero en televisión y luego en el cine. “Good Morning, Vietnam” fue su primer éxito. Pero también actuó con otros registros como en “El club de los poetas muertos” (en la que Williams interpretaba el papel de profesor de literatura, y como gran ironía y retruécano del destino en esa película uno de sus pupilos se suicidaba al no soportar la incomprensión de su padre frente a su vocación: ser actor).






Aquí, como un extravagante y sensible profesor de literatura: 


Williams alternó muchos trabajos comerciales con propuestas más serias y había sido muy alabado por sus interpretaciones en “Retratos de una obsesión” e “Insomnio”, ambas de 2002.

En los periódicos que informaban de la noticia he leído que el actor sufría un cuadro depresivo, pero también entre sus antecedentes destacaban una dilatada historia de adicciones: a la cocaína, al alcohol… Se había sometido a tratamientos de desintoxicación, pero había recaído en el consumo de alcohol hace varios años. Su último ingreso para desintoxicación alcohólica fue hace unos meses. Mala combinación para la salud las drogas, el alcohol, la depresión…

Obviamente es una temeridad hablar de la enfermedad de una persona a la que nunca has entrevistado, conocido, ni tratado médicamente…  por mucha información que den los diarios. Escriben sobre el mito del  payaso triste (**) que ríe por no llorar y también sobre los reveses que sufrió Williams en su vida: la muerte de amigos, John Belushi, también actor y víctima de una sobredosis; de Revees-Superman que acabó sus días en silla de ruedas, o la más reciente la de su hermano.

Como mucha gente del espectáculo su vida personal fue algo inestable, tres matrimonios, dos divorcios, tres hijos ya adultos de los que decía que “eran su motor y motivación en la vida”… ya que el actor en varias entrevistas se había referido con toda franqueza a sus adicciones.

Leo también otro apunte clínico, su actual esposa Susan ha aireado que en fecha reciente se le había diagnosticado un estadio precoz de enfermedad de Parkinson, dato que Robin todavía no había asimilado y que tampoco quería hacer público. Muchos pacientes con Parkinson también sufren cuadros depresivos… quién sabe si era el motivo de su aflicción.

Como sea, nunca sabremos la causa última de su tristeza, desamparo, desaliento y su abandono final, ya que la solución de este enigma se lo lleva el paciente consigo.

Siempre pienso que el suicidio es un acto agresivo contra uno mismo (esto es evidente) aunque para el paciente puede significar una vía de escape, pero también que es un acto tremendamente agresivo hacia su entorno. ¿Qué sentirán sus hijos, su mujer, sus amigos… aquellos que le quisieron como persona, no como personaje? Qué dolor por no haberle podido tender una mano, porque la desesperación del suicida sea superior al amor, al prestigio y desde luego al dinero. Insisto, mala combinación cocaína, alcohol…

Sin embargo, de esta muerte lo que me preocupa es cómo la noticia del suicidio de un famoso puede afectar a pacientes que sufren cualquier cuadro psicológico, especialmente si han sido diagnosticados de depresión.  Aunque su trastorno no sea similar, ni nunca hayan pensado en quitarse la vida siempre se abren interrogantes: “¿Sería capaz de hacerlo yo?”  “¿Podría llegar a perder la razón hasta el punto de llegar a suicidarme?”. Y porque además tiñe de fatalidad la lucha que contra la depresión tiene que lidiar aquel que la sufre.

Aunque como en cualquier enfermedad no todas las depresiones se superan,  LA INMENSA MAYORÍA DE LOS CUADROS DEPRESIVOS SE PUEDEN CURAR: con ayuda profesional, con tratamientos, con cambios en el estilo de vida, con soporte familiar, con tesón. 

Y siempre, siempre, siempre evitando las drogas, especialmente ese sórdido veneno que es la cocaína y la terrible combinación de ésta con el alcohol, ya que producen una importante alteración en los mecanismos de neurotransmisión cerebral y dificultan su recuperación.   


(*) Histrión:
Máscara histriónica de teatro grecolatino

Histrión era el nombre que se daba el teatro grecolatino al actor que actuaba disfrazado. En la antigua Roma los histriones eran objeto de desprecio, ya que por su condición de siervos no podían adquirir el derecho a alcanzar la ciudadanía romana.

Más tarde la palabra sirvió para designar a los actores teatrales en general, aunque conservó cierto matiz peyorativo al aludir también a personas que en su vida cotidiana actúan con demasiada afectación.

(**) El mito del payaso triste:

Se refiere a Canio, personaje de la ópera Pagliacci, compuesta por Ruggero Leoncavallo que también es autor del libreto. Fue estrenada en 1892 convirtiéndose en un gran éxito. 
Representación verista de "Pagliacci", con una puesta en escena similar a la de su estreno


Una de las arias más famosas es "Vesti la giubba" (Ponte el traje), que sintetiza el estereotipo de aquel que debe fingir alegría ante el públic, a pesar de su tragedia privada. Excepcional en la voz de Luciano Pavarotti: 


Canio representa el arquetipo de payaso triste, condenado a reír mientras la tragedia corroe su corazón. Es un personaje característico de la literatura, la música y la pintura de la Belle Époque, que de la mano de Charles Chaplin, otro gran histrión, se convertiría en uno de los iconos del siglo XX.


PAGLIACCI:

El gran tenor Enrico Caruso en el papel de Canio

Chaplin en la película "A dog`s life"

Robin Williams en el film "Patch Adams"




martes, 19 de agosto de 2014

FUMANDO ESPERO... a dejar de FUMAR (III)


Realmente, EL HUMO CIEGA TUS OJOS...

La abstinencia al tabaco

Ya hemos visto que la principal sustancia adictiva que contienen los cigarrillos y otras formas de tabaco es la nicotina. La nicotina ocupa un tipo de receptores cerebrales para la acetilcolina  (y por este motivo son llamados receptores nicotínicos). 

Por tanto  esta ocupación de receptores genera una serie de cambios en nuestro sistema nerviosa que conducen a la adicción. No todos los consumidores de tabaco son adictos a la nicotina, pero sí la gran mayoría (entre el 85 y el 90%). Obviamente, como cualquier sustancia adictiva, cuando se elimina su consumo se producen unos síntomas de abstinencia, ya que el cuerpo tiene que adaptarse a no disponer de la sustancia.

Una gran cantidad de los fumadores habituales han intentado dejar de fumar… y muchos lo han conseguido por períodos más o menos largos de tiempo. Por tanto, el fumador normalmente “conoce” estos síntomas de abstinencia… y lo que es peor, les teme. Pero ¿y si los comparamos con los riesgos para la salud que conlleva el tabaco?


Riesgos reales del tabaco

¿Cuáles son dichos síntomas?

En primer lugar, hay que especificar que son diferentes para cada persona que fuma, y ello depende de la cantidad de tabaco que se usa, del contenido en nicotina del mismo, del tiempo de adicción, y sobre todo de factores idiosincráticos, como las variables de personalidad del sujeto, sus hábitos y a que otros estímulos se ha asociado el consumo de tabaco. Sin embargo, algunos de los síntomas más comunes son:


  •  Irritabilidad, mal humor, ánimo irascible.
  • Sensación de desánimo o tristeza.
  •  Dificultad para concentrarse.
  • Sensación de inquietud o nerviosismo.
  •  Dificultades para dormir.
  • Disminución de la frecuencia cardíaca.
  • Aumento de apetito y peso.
  • Deseo de fumar (“craving”).
Sin embargo, hay que aclarar que para la mayoría de las personas los síntomas no duran más allá de un par de semanas… Y los síntomas residuales van desapareciendo tras el primer mes de abstinencia, vamos a ver los más relevantes.  

Tras dejar el hábito la persona puede sentirse tensa e irritable, también es posible que se muestre más intolerante con otros, y en razón de dicha irritabilidad, algo más discutidor ya que  las emociones negativas más comunes asociadas con dejar de fumar son la ira, la frustración y la irritabilidad. No obstante, dichas sensaciones no suelen durar más allá de dos semanas.

En cuanto al estado de ánimo triste y depresivo, aunque siempre se describe como síntoma de la abstinencia al tabaco, creo que es poco relevante, excepto que la persona ya estuviera sufriendo un cuadro depresivo, y que en ese momento el hecho de dejar de fumar exacerbara la sensación de tristeza, o mejor dicho no pudiera servirse del alivio momentáneo de la ansiedad que representa encender y fumar un cigarrillo.

Las personas que suman suelen tener un peso algo inferior que el que les corresponde por la ingesta que realizan. Por eso con la abstinencia del tabaco, puede producirse un aumento de peso (normalmente leve) que los sitúa en el peso normal que les correspondería. Sin embargo, en nuestra sociedad, con el culto a la imagen y a la delgadez,  algunas personas  pueden tener una cierta aprensión a dejar de fumar ante el temor de que se produzca un incremento de su peso y esta puede ser una razón importante que mantenga el hábito.

Por último, el anhelo de fumar puede durar bastante más tiempo, constituyendo la principal causa de recaída en la abstinencia…

“Un día, casi sin darme cuenta me apeteció un cigarrillo… y me dije, bueno solo uno”.

Este anhelo de fumar es consecuencia de:

·      1. La adicción:

Al fumar constantemente, el fumador se acostumbra a tener cierto grado de nicotina en su cuerpo; casi todos los fumadores han experimentado que tienen ganas de fumar al cabo de unas dos horas de haber consumido el cigarrillo anterior. (Un buen amigo mío sale disparado de la butaca del cine, a velocidad vertiginosa…  para fumar en el exterior. Seguro que todos conocemos a alguien a quien le ocurre lo mismo).
Que película está viendo...

La nicotina produce adicción 
Cuando una persona deja de fumar obviamente aparece este impulso por consumir tabaco, que no es constante, va y viene. El anhelo intenso suele durar un rato, y luego cede, aunque reaparece en los siguientes días y tal vez dure semanas. Conforme van pasando los días dicho deseo imperioso de fumar ocurrirá de forma más distanciada… aunque es posible que sienta un leve impulso ocasional durante al menos seis meses. 
Es el tiempo de adaptación de sus receptores nicotínicos a la falta de nicotina.
Además, muchos fumadores adictos a la nicotina son además fumadores "testimoniales" que creen mantener cierta actitud de rebeldía frente a las normas administrativas y la presión social que dificultan su consumo. Algunos se sientes "atacados" y manifiestan que no se plantean dejar de fumar. A éstos les recomendaría que pensaran si son ellos quienes piensan así, o sus receptores nicotínicos han tomado el timón de alguna decisión. 

·   2. El hábito:

Pero además, no hay que olvidar que el tabaco y su consumo están asociado a múltiples situaciones, tanto sociales como personales. Algunas personas fuman mientras conducen (para distraerse) o cuando están realizando alguna actividad tediosa (a la espera de un interlocutor al teléfono); también muchos tienen asociado un cigarrillo para concentrarse en una tarea, y todo lo contrario en momentos de relajación o pausas en el trabajo… Asimismo ya hemos comentado el efecto sobre el sistema digestivo, por lo que para muchas personas es especialmente placentero el hecho de fumar tras una comida copiosa (o no tan copiosa).
Fumar y conducir, peligroso para la salud y para el tráfico

Otra asociación frecuente es la de café y tabaco… y también la de alcohol y tabaco, sobre todo en salidas nocturnas.


Fumar y beber, asociación frecuente

Obviamente, estar en compañía de fumadores fomenta el consumo de tabaco, que se realiza casi inconscientemente.

3. El estrés:

Por otra parte, muchas personas utilizan el tabaco como ansiolítico y en situaciones de estrés o alta demanda ambiental, les puede ser más complicado eliminar el consumo. También hay que decir, que como es imposible eliminar todas las situaciones que supongan inconvenientes o contratiempos en la vida, si nos ponemos a "hilar demasiado fino" nunca será el momento adecuado para dejar de fumar. 
¿A que este fumador parece estresado?

A su vez, hay pacientes que utilizan el tabaco en sentido contrario, como estimulante. Este consumo se ve especialmente en aquellas personas con diagnósticos psiquiátricos de patología severa. 



Los beneficios de dejar el tabaco

Evidentemente todos los síntomas asociados a la abstinencia al tabaco no son en absoluto peligrosos para la salud, al contrario, aunque si pueden representar bastantes molestias. 

Como ya he apuntado, la mayoría de los "adictos al tabaco" han intentado dejar de fumar en algún momento, y por tanto ya han vivido estas molestias, por lo tanto es posible que los fumadores experimenten una cierta fobia a pasar de nuevo por las molestias de una retirada del tabaco, lo cual dificultará enormemente hallar el momento para eliminar de su vida la cajetilla, el humo y los riesgos para la salud. 
Sin más palabras... 

Es indudable que para la salud, abandonar el hábito de fumar representa un gran beneficio. Podemos verlo especificado en la siguiente imagen:

Este esquema nos muestra los beneficios de la abstinencia al tabaco.
Vale la pena mirarlo con detenimiento.
Dejar de fumar, no solo nos reportará beneficios para nuestra salud... En un diagrama similar al anterior, pero de una página norteamericana se añadía además el ahorro de dinero que significa el abandono del consumo. Y además, la retirada del tabaco ofrece algunos beneficios que se perciben inmediatamente, menos dramáticos (en cuanto a la salud) pero que hacer mejor la vida diaria:

*  Mejora el aliento.
*  Los dientes están más blancos.
*  Desaparece el olor desagradable de la ropa y el cabello.
*  También la tinción amarillenta en los dedos y las uñas desaparece.
*  Se saborean mejor los alimentos, y se normaliza también el olfato.

De verdad, queeremos perder la fragancia del jazmín trepador por unos cuantos cigarrillos

*  Actividades físicas como subir escaleras no nos dejan sin aliento.
*  Se puede permanecer en lugares "libres de humo" sin necesidad de salir a un lugar permitido para fumar. 

Fumadores contra las inclemencias del tiempo



La legión de fumadores

(ó un poquito de epidemiología)

Datos de la OMS (referidos a 2010) indican que en el mundo existen más de 1250 millones de fumadores, lo que representa aproximadamente un tercio de la población de más de 15 años. Normalmente el ratio entre fumadores hombres y mujeres era de 5:1, pero la brecha de género disminuye si consideramos a población más joven, por lo que ahora se considera (a nivel mundial) que el 47% de los varones fuman y también lo hacen el 11% de las mujeres.

Sin embargo, hay grandes diferencias entre países y zonas del planeta. En los países desarrollados las tasas de tabaquismo en hombres han comenzado a disminuir, y también algo para las mujeres.

Las mayores prevalencias en el mundo se encuentran en Vietnam (73%), Chile (68%), parte de África y la República Dominicana (66%) para los hombres. Curiosamente los países que lideran la estadística de fumadoras son países muy avanzados como Dinamarca y Noruega (37 y 36%), siendo también muy elevada en Austria, donde además se consumen otros productos del tabaco.

Por países: porcentaje de varones consumidores de cualquier producto del tabaco
 
Porcentaje de mujeres consumidoras de cualquier producto del tabaco

Por su elevada población, China, India y Rusia son los países que cuentan con más fumadores entre sus habitantes. En España, el consumo se sitúa en el 36% de la población general. 

Pero además, de toda esta maraña de datos estadísticos que proporciona la OMS, lo que me parece más alarmante es que afirma que a partir de 2002 (o sea desde hace doce años) se calcula que fuma el 20% de los adolescentes de todo el mundo (casi niños diría pues cifran la edad entre 13 y 15 años). Y que diariamente se inician en el consumo entre 80.000 y 100.000 niños.
 
Una jovencísima Tatum O'Neal fumando en la película "Paper Moon" 
Como la mitad de las personas que empiezan a fumar en la adolescencia seguirán fumando a lo largo de los siguientes 15 a 20 años, el problema de adicción y de deterioro de la salud mundial alcanza proporciones devastadoras.


¿Por qué se empieza a fumar?

Antes he utilizado con toda intención la expresión “adictos al tabaco” porque realmente la nicotina crea adicción. Pero cuando las personas empiezan a fumar no son conscientes ni buscan sensaciones a nivel del sistema nervioso central, por lo que esa expresión puede parecer exagerada, pero que otro adjetivo cabe cuando ya hemos visto que el tabaco (la nicotina) produce una adicción intensa.

Pensemos que con cada bocanada de un cigarrillo estamos administrando a nuestro cerebro una pequeña cantidad de nicotina (y al resto del organismo varios venenos, como ya hemos visto). Cada cigarrillo contiene entre 1 y 2 mg de nicotina, y un fumador habitual se lo fuma en diez caladas. La nicotina llega al cerebro en cuestión de segundos y sus efectos comienzan a disiparse en pocos minutos, Y esto es lo que hace que una persona fume nuevamente; el fumador de una cajetilla al día pone a disposición de su cerebro entre 20 y 40 mg de una sustancia adictiva. 

Nos dicen las estadísticas que la mayoría de personas inician el consumo en la adolescencia o en su primera iniciación, como parte de los muchos ritos de iniciación de esa época vital.

Además pensemos que se trata de una sustancia legal, accesible y relativamente barata. Pese a la prohibición de que no se venda a menores de 18 años, ¿creemos que es un gran problema para un menor conseguir tabaco?
 
Adolescentes fumando
Fumar es una conducta socialmente aprendida, en la que cuentan diferencias individuales, familiares, culturales y sociales. Dentro de estos factores pesan mucho la curiosidad natural propia de la edad adolescente, la necesidad de ser aceptado el grupo, la rebeldía frente a las prohibiciones y el deseo de sentirse mayor e importante.

Evidentemente, puede existir una imitación si hay fumadores en la familia, o cuando menos una minimización de los riesgos (que siempre es propia de la juventud) “si mi padre fuma… que me ha de explicar a mí”, además que los niños que han crecido en un ambiente de fumadores se vuelven tolerantes al molesto olor del cigarrillo.

Por otra parte, no olvidemos el peso social en la adolescencia y juventud. El peso de su grupo claro, en muchas ocasiones fumar representa compartir, y especialmente si está prohibido en familia. Ello refuerza estas conductas.

Se le da mucha importancia también a los medios de comunicación y difusión. Realmente hace unos años la publicidad del tabaco era muy poderosa, ahora, en los países que llamamos civilizados está prohibida o restringida, pero seguro que esta publicidad se ha trasladado a los países más pobres. Desde luego los que tenemos una cierta edad hemos visto muchas imágenes muy sugerentes asociadas a las volutas de humo de un cigarrillo… la belleza plástica y sugerente de un lento asesino. 




              ... Continuará 

(Los buenos propósitos de septiembre)