sábado, 16 de noviembre de 2013

Una nota sobre la felicidad



La felicidad, tan evasiva como las pompas de jabón
Dentro de unos días una alumna de Bachillerato para su “Treball de Recerca” quiere hablar conmigo acerca de la felicidad. Y por ello intento poner en orden algunas ideas.

Acudo primero a Wikipedia, para ver como la define, copio textualmente:

"La felicidad (del latín felicitas, a su vez de felix, "fértil", "fecundo") es un estado emocional que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada. Tal estado propicia paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que estimula a contestar nuevas metas (véase motivación). Se define como una condición interna de satisfacción y alegría que ayuda a muchas personas".

Etimología aparte, que se desprende de la definición:

·               estado emocional
·               resultado de haber alcanzado algo
·               produce una condición interna de satisfacción y alegría

¿Hay felicidad más contagiosa?
A mi modo de ver, esta definición tan “resultadista” no se corresponde a algunas situaciones que calificamos de felicidad, como la que observamos (o atribuimos) en los niños pequeños.

Lo que sí es cierto que la FELICIDAD es un estado emocional subjetivo e identificable, ya que a la pregunta ¿eres feliz? casi todos las personas (*) sabrían lo que se les pregunta… aunque les fuera difícil dar una respuesta clara y contundente diciendo un SI o un NO. Creo que casi todas las personas nos dirían por su experiencia que la felicidad no es absoluta, y si la sentimos no la percibimos de igual manera en todo momento.

No obstante, este estado subjetivo se analiza a través de procedimientos objetivos. La disciplina que se ocupa de la felicidad es la filosofía, estudiando su concepto y realidad.

"La escuela de Atenas" Rafael Sanzio, 1509
De hecho la pregunta sobre la felicidad es esencial para el surgimiento de la ética en la filosofía griega. Sintetizando mucho, podemos llegar a la concluir que en la filosofía occidental y encuentro cinco respuesta esenciales (cinco posturas) sobre la felicidad:

  1. La felicidad es autorrealización en el sentido de alcanzar las metas propias del ser humano, dentro de un colectivo de humanos y mediante el ejercicio de la virtud. Aristóteles mantiene una postura moral bastante desmitificada y realista, el bien no puede ser algo ilusorio e inalcanzable. Sin ciertos bienes la felicidad será casi imposible de alcanzar. (Aristóteles y en cierto sentido también Platón).                           -
  2. La felicidad es autosuficiencia (filósofos cínicos y estoicos). Valerse por si mismo sin depender de nada y de nadie. Los estoicos proclamaron que se puede alcanzar la libertad y la tranquilidad tan sólo siendo ajeno a las comodidades materiales, la fortuna externa, y dedicándose a una vida guiada por los principios de la razón y la virtud (tal es la idea de la imperturbabilidad).                                                                           -
  3. Ser feliz es experimentar placer intelectual y físico (escuela hedonista como la del filósofo Epicuro):       
    1. o   Se deben satisfacer los deseos naturales necesarios (necesidades básicas físicas: alimento, abrigo, seguridad) de la forma más económica posible.
    2. o   Podemos perseguir los deseos naturales innecesarios (conversación amena, gratificación sexual, las artes) hasta la satisfacción de nuestro corazón, no más allá. No se debe arriesgar la salud, la amistad o la economía en la búsqueda de satisfacción de un deseo innecesario, puesto que esto conlleva un sufrimiento futuro.
    3. "El jardín de Epicuro"
    4. o   Hay que evitar por completo los deseos innaturales e innecesarios (fama, poder político, prestigio) pues el placer o satisfacción que producen es efímero.                                                                                                                  -
  4. Ser feliz es la adecuación de la voluntad humana a la realidad (postura de Leibniz y los racionalistas, ya en los siglos XVII y XVIII).                                                                       -
  5. Ser feliz representa la Satisfacción de los placeres superiores (John Stuart Mill y otros racionalistas) en una especie de hedonismo dirigido a hacer el bien.
Pero, también la filosofía occidental ha aportado otras ideas:

o  Para la corriente del Nuevo Pensamiento (siglo XIX), la felicidad es una DECISIÓN o actitud mental que el hombre puede asumir de forma consciente. (A mí personalmente este concepto me agrada especialmente... aunque no siempre los factores de personalidad, temperamento, entorno y circunstancias ayudan a tomar esta decisión como "camino de vida"). 
o     Para otros pensadores como Nietzsche el ser humano no fue concebido para la felicidad, sino ha venido al mundo a sufrir (es decir, la postura del pesimista). 
Nietzsche (bigote) con su amigo Paul Ree y Lou-Andreas-Salomon. El filósofo amó a Lou pero ella nunca le correspondió

Para la filosofía oriental:
Jardín zen, sereno y ordenado

Se define como una cualidad más específica, perdurable en el tiempo tal como una determinada variable de personalidad (esta persona es alta, esta persona es feliz). Es diferente de la alegría, ya que ésta es un estado de satisfacción, mientras que la felicidad es una armonía interna.
Este estado de armonía interna (la felicidad vista como una cualidad) se manifiesta como un sentimiento de bienestar que perdura en el tiempo y no como un estado de ánimo de origen pasajero, como generalmente se la define en occidente.
Muchas veces confundida con la alegría de carácter emocional y efímero, la felicidad perdura en el tiempo y se identifica como una cualidad, tal y como ser alto, fuerte o inteligente una persona es feliz.
 
Meditación

En las religiones monoteístas:
La felicidad (no se define claramente) sólo se logra en la unión con Dios, y no es posible ser feliz sin esta unión (comunión). La felicidad es considerada la obtención definitiva de la plenitud, y el estado de satisfacción de todas las necesidades, sólo alcanzable después de la muerte. Hay distintos puntos de vista según la religión.
Cristo Redentor abraza a los habitantes de Rio de Janeiro desde el Corcovado


Además de la filosofía y la religión, otras áreas del conocimiento humano también se ocupan de la felicidad:
  • La psicología analizando los procesos por el que el ser humano puede llegar  a este determinado estado emocional.
  • La sociología la contempla la felicidad desde la perspectiva de los factores y objetivos sociales que el sujeto se marca como meta para alcanzarla.
  • La antropología muestra cómo diferentes culturas establecen distintos cánones de felicidad.
    Felices masai en Kenya



Felices neoyorkinos en Central Park

Entonces, dentro de la Psicología, ¿que se ha postulado? Quizá una de las más conocidas aproximaciones ha sido la teoría conocida como “Pirámide de Maslow” o de la jerarquía de las necesidades humanas. (Véase el parecido con Epicuro).
Su autor, el psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1908-1970) uno de los máximos exponentes de la escuela de psicología humanista, una corriente psicológica que postula la existencia de una tendencia humana básica hacia la salud mental. Dicha tendencia se manifestaría como una serie de procesos de búsqueda de autorrealización (¿de búsqueda de felicidad, acaso?).
La famosa "Pirámide de Maslow" o jerarquía de las necesidades humanas

Pues bien, la Pirámide de Maslow o jerarquía de necesidades, se describe como una escala de cinco niveles, los cuatro primeros pueden ser agrupados como “necesidades primordiales” y son:
1.    Necesidades básicas:
a.    Respiración, alimentación, descanso, sexo, homeostasis
2.    Necesidades de seguridad y protección:
a.    Seguridad física
b.    Seguridad de recursos (educación, transporte y sanidad básicos para
c.     sobrevivir con dignidad)
d.    Necesidad de protección (bienes, vivienda, etc.)
3.    Necesidades sociales:
a.    Función de relación (amistad)
b.    Participación (inclusión grupal)
c.     Aceptación social
4.    Necesidad de estima:
Autorreconocimiento, confianza, respeto y éxito.
La necesidad de autoestima, es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se convierta en el hombre de éxito que siempre ha soñado, o en un hombre abocado hacia el fracaso, el cual no puede lograr nada por sus propios medios
Por último, el quinto nivel correspondería al nivel máximo llamado de autorrealización o auto-actualización. Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto.


Bien, el repaso de todo esto me ha hecho pensar cuantas personas en el planeta no podríamos considerarlas felices ya que no alcanzan ni siquiera el primer nivel de esta pirámide… y sin embargo parecen felices (y quizá lo son).

Lluvia empapándonos, que mayor felicidad


(*) Digo casi todas las personas, ya que algunos se cree que hasta una de cada siete personas sufrirían lo que se ha venido a denominar alexitimia.
La alexitimia es un constructor hipotético que se describe como la dificultad para reconocer y por supuesto verbalizar sentimientos y sensaciones propias de los estados emocionales.



domingo, 10 de noviembre de 2013

EL JARDINERO FIEL... y el Prozac no es tan malo


Justin Quayle, sentado a orillas del lago Turkana (El Jardinero Fiel, 2005)
La industria farmacéutica está siendo duramente criticada(*).  En muchos de los argumentos que se esgrimen acuerdo. Sin embargo, en ocasiones este alud de críticas con  más o menos fundamento  parece estar patrocinada por posturas ideológicas al margen de lo científico (sectas como la Cienciología, algunos sectores  de medicina alternativa, la corriente anti-psiquiátrica, etc.). 

Un clásico anuncio de fitoterapia

Y si la industria farmacéutica recibe este alud de críticas,  la parcela de la psicofarmacología es un terreno propicio y todavía más abonado para las mismas.

Ayer por la noche, sin ir más lejos,  estuve viendo durante un rato un programa de investigación de factura norteamericana en el que se criticaba el uso de psicofármacos en niños (estoy totalmente de acuerdo que en USA se está llegando a proporciones alarmantes de medicación psicofarmacológica en población infantil).
Dieta para niños norteamericanos... con problemas de conducta y demás

En el mismo programa, también se trajo a colación la "maldad "de la industria al lanzar algunos de sus productos. Y aquí me quedé perpleja cuando un experto soltó algunas “perlas” acerca de este tema:


Opinión y explicación del "experto" (QUE NO LA MIA...):
  1. Medicamentos como la fluoxetina (el famoso Prozac) producen un estado de excitación insoportable, anula la voluntad, puede inducir al suicidio de personas sanas y a hacer cosas que no querrían, y además conlleva que la gente tenga que ser adicta a los tranquilizantes para evitar estos efectos.
  2. El mecanismo de acción de la fluoxetina era algo totalmente perverso, ya que al inhibir la recaptación de serotonina (neurotransmisor que según este espacio se había descubierto en los años ochenta) producía una situación totalmente antinatural en el funcionamiento neuronal.
  3. De la primera afirmación se desprendía que los fármacos tranquiliantes (benzodiacepinas) producen una adicción tan tóxica como la de algunas drogas ilegales.


Por alusiones a aquellos que utilizamos psicofármacos (aunque yo no he inventado el Prozac, jamás he trabajado para la compañía que lo sintetizó Eli-Lily, ni tampoco he sintetizado ninguna benzodiacepina), querría aclarar:

  1. La existencia del neurotransmisor SEROTONINA  (5-HT) ya era conocida a mediados de la década de los cincuenta.
  2. La inhibición de la recaptación de SEROTONINA no es un nuevo efecto que se produjera con el fármaco llamado Prozac (fluoxetina). De hecho los antidepresivos descubiertos a finales de los 50 y conocidos como antidepresivos tricíclicos y más tarde heterocíclicos ya contaban con este efecto farmacodinámico.
  3. La fluoxetina pertenece al grupo de los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Se buscaban fármacos que no actuaran sobre otros neurotransmisores (como la acetilcolina) para disminuir los efectos adversos de estos productos.
  4. Ni siguiera la fluoxetina fue el fármaco pionero entre este grupo, antes ya existían la Trazodona y en el mercado europeo la fluvoxamina.
  5. Todos los fármacos (sustancias extrañas al organismo) tienen efectos adversos, que también están determinados por la vía de metabolización del propio individuo (esta vía de metabolización está determinada genéticamente). Esto ocurre en los jarabes de la tos, en los antidepresivos, en los analgésicos, etc.
  6. En cuanto los efectos adversos de fluoxetina (como la dicha intranquilidad y el desasosiego incapacitante y permanente que describía el experto, o los trastornos de conducta impropios de aquel que la recibe)a mi entender es una clara exageración por no llamarla directamente fasedad.  Aunque solo sea por la gran cantidad de personas que lo toman o lo han tomado sin experimentar tan atroz resultado. Si produce inquietud está limitada a los primeros días de tratamiento, y si el paciente no lo tolera, se retira el fármaco.
  7. Las benzodiacepinas (fármacos tranquilizantes) son productos muy seguros bajo prescripción facultativa. Hoy en día muy denostados… pero esa es otra historia.

Dos comentarios sobre la prescripción de medicamentos:


Obviamente la prescripción de cualquier fármaco es un acto médico, del cual dicho prescriptor es responsable.  El médico debe conocer el mecanismo de acción, sus efectos adversos, calcular el cociente riesgo/beneficio para su paciente y también informar al mismo de forma clara de todo esto.

Asimismo, el psiquiatra ó mejor dicho el médico (cualquier especialista) debe mantener una independencia de criterio tanto en su formación, como en su praxis y también ejercitar una permanente actitud crítica para recomendar a sus pacientes lo que,  a su buen saber y entender, pueda reportarles mayor beneficio, sin presiones por parte de la industria, ni recibir prebendas de ésta ni sus asalariados. Y esto vale también para aquellos médicos que se ven presionados por la institución para la que trabajan,  lamentablemente ahora más preocupadas -las instituciones- en ahorrar costes que en el ejercicio profesional. 


¿Que hay detrás de la "Dypraxa"? Las dudas del diplomático

EL JARDINERO FIEL (ficción)


(*) Esta corriente de opinión (anti-industria farmacéutica) llega incluso a la literatura y al cine, recordemos la novela "El jardinero fiel" de John Le Carré, que fue llevada al cine por Fernando Meirelles en 2005, con unos guapísimos protagonistas (Ralph Fiennes y Rachel Weisz, y una banda sonora estupenda obra del español Alberto Iglesias). 

Narra la historia del asesinato de una cooperante inglesa Tessa Quayle, residente en Kenia ya que está casada con un diplomático británico, convencional y aficionado a la jardinería.
Tessa se topará con la historia de experimentación de un fármaco ("Dypraxa") que se está llevando a cabo sobre la población local sin las garantías que son obligatorias en los ensayos controlados de los países del primer mundo. 

Tessa Qayle, trabajando en el suburbio de Kibera en Nairobi (El jardinero fiel, 2005)

Huyendo de la empresa farmacéutica


Novela con mucha garra. La película, aunque muy interesante, traiciona un poquito el final de la novela. Maravillosas imágenes y música. 


... Y un poco de realidad: KIBERA

El suburbio de Kibera, a unos cuatro kilómetros del centro de Nairobi, es la mayor zona suburbial de toda África. No se sabe con certeza su número de habitantes, se especula que entre medio millón y dos millones de personas. Las condiciones en Kibera son de extrema pobreza, y la mayoría de sus residentes no tienen acceso a servicios básicos como electricidad y agua corriente, viviendo en condiciones de insalubridad. 


Las imágenes valen más que las palabras:






 





sábado, 26 de octubre de 2013

IMIPRAMINA: una historia de antidepresivos buenos, viejos y… baratos





Depresión: la persistente niebla del estado de ánimo



La depresión es una enfermedad conocida desde tiempos remotos de la historia de la humanidad. Sin embargo, los dos primeros medicamentos antidepresivos, la iproniacida y la imipramina, no se introdujeron en la farmacopea hasta el año 1957. El descubrimiento de ambos no estuvo basado en una hipótesis previa, sino más bien fue producto de la casualidad (o de la serendipia, de la que ya he hablado).

La iproniacida (el primer antidepresivo del grupo llamado IMAO, es decir inhibidores de la monoaminooxidasa) cayó en desuso por sus problemas de toxicidad hepática, aunque siguen en activo otros fármacos de estas características (en España se retiró del mercado el sulfato de fenelcina, que aún es útil para determinados pacientes que deben conseguirlo en el extranjero).

Sin embargo, la imipramina se sigue utilizando hoy en día (aunque parece que esto puede cambiar, y no por problemas que produzca el fármaco, sino por la ineficacia combinada del laboratorio fabricante, la empresa que suministra este producto en el mercado español y la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios AEMPS).

Vuelvo a la historia del producto.

A finales del siglo XIX Henrich August Bernsthem era un jefe de laboratorio de la compañía BASF en la ciudad alemana de Mannheim, cuyo trabajo era experimentar con colorantes para la industria química, en especial con el azul de metileno. Y en 1883, realiza la síntesis de una fenotiazina.

Más tarde, en 1889, partiendo de ésta fenotiazina, los químico J. Thiele y O. Holzinger sintentizaron  el iminodibenzilo, producto para el que no se halló ninguna utilidad, ni en clínica ni en la industria (recordemos que se estaban buscando colorantes para la industria textil). El iminodibenzilo queda “archivado” durante años en el laboratorio de “J.R.Geigy AG” una compañía química suiza de más de doscientos años de antigüedad.
Johann Rudolph Geigy, el boticario fundador de la compañía química y su familia


Cincuenta años más tarde, el profesor Robert Domenjoz, a la sazón director de la Sección de Farmacología de la compañía Geigy, se interesa por las investigaciones realizadas por el laboratorio francés Rhône Poulenc, que en colaboración con el Instituto Pasteur trabajaban con diversos antihistamínicos, productos que prometían un éxito comercial como hipnóticos y/o sedantes. Domenjoz estimula a los miembros de su equipo para el estudio de las fenotiazinas.

Laboratorios Geigy en Basilea, a principios del siglo XX
                            
En 1948, dos químicos del equipo de Domenjoz en laboratorios Geigy,  F. Häflinger y W. Schlinder, utilizaron el iminodibenzilo como base y sintetizaron cuarenta y dos derivados de éste. Eran otros tiempos, y después de algunas pruebas en animales de laboratorio e incluso realizan experiencias de autoadministración… pero los productos debían probarse en pacientes y se contacta con centros hospitalarios que estuvieran interesados en realizar la investigación clínica. Hay que recordar, que no existían las trabas burocráticas para llevar a cabo este tipo de experimentos.


El compuesto iminodibencilo de Thiele y Holzinger


Clínica del cantón de Thurgau en Müsterligen
Una de estas sustancias, el compuesto G22150, le fue suministrado al Dr. Roland Kühn, que en ese momento era médico adjunto de la clínica Thurgausiche Heil und Pflegeanstalt de la pequeña localidad de Müsterligen en el cantón suizo de Thurgau a orillas del lago Constanza. Küh prueba el producto en sus pacientes, y aunque la molécula demostró algunos efectos terapéuticos fue descartada como “píldora para dormir”.

Algo más tarde, en 1952, Pierre Deniker y Jean Delay, comunicaron los exitosos resultados de sus estudios con otra fenotiazina, denominada clorpromazina, en el Hospital Universitario de Saint-Anne en París, que había producido una espectacular mejoría en un considerable número de pacientes psicóticos.

Ello estimuló la búsqueda de sustancias con propiedades similares por parte de las compañías farmacéuticas. De esta forma, se vuelven a desempolvar algunas sustancias antihistamínicas descartadas por la compañía “J.R. Geigy AG”, con la esperanza de que pudieran tener alguna utilidad en el ámbito de la psiquiatría.

Entonces, Roland Kühn contacta con Geigy con objeto de re-evaluar la sustancia G22150, que había probado años atrás, aunque debe interrumpir sus experimentos por intolerancia y toxicidad para los pacientes. Kühn insiste en probar otra fenotiazina, y en 1956 recibe un preparado denominado G22355 y lo prueba en pacientes afectos de esquizofrenia.

El G22355 era una sustancia similar a la exitosa clorpromazina, pues tiene la misma cadena lateral. Era uno de los cuarenta y dos compuestos desarrollados por Häefliger y Schlinder, reemplazando el puente sulfato de la fenotiazina por un puente etileno.
Comparación de la estructura química entre CLORPROMACINA (antipsicótico) e IMIPRAMINA (antidepresivo)


La investigación clínica realizada por Kühn en la clínica de Müstenligen demuestra que el producto no tiene actividad antipsicótica apreciable. Sin embargo, tres pacientes diagnosticados de psicosis depresiva muestran una mejoría de su estado general en tan solo algunas semanas. Consecuentemente, Kühn suministra el G22355 a otros 37 pacientes con depresión y se pudo demostrar su especial eficacia en el tratamiento de los trastornos depresivos.
Los primeros pacientes que se beneficiaron de la imipramina, estaban ingresados en la clínica cantonal de Thurgau a orillas del idílico lago Constanza


Roland Kühn, uno de los padres de la Psicofarmacología
Al siguiente año, con motivo del II Congreso Mundial de Psiquiatría, celebrado en Zurich (estamos en septiembre de 1957) Roland Kühn publica en alemán sus resultados en la revista Schweizenrische Medizinische Wochesbrift. Aunque dicha comunicación fue recibida con cierto escepticismo por parte de la comunidad médica, Geigy introdujo el producto en el mercado suizo con el nombre de Tofranil y al año siguiente en todo el mercado europeo, y en 1959 en el mercado norteamericano.

Los estudios de eficacia de la imipramina se sucedieron, y ya en 1959 se habían publicado más de sesenta estudios sobre la eficacia del producto. Este producto inauguró la línea de los llamados compuestos antidepresivos heterocíclicos.

La imipramina con cincuenta y seis años de edad sigue siendo muy eficaz, especialmente en depresiones graves de características endogenomórficas. También es un eficaz preventivo de las crisis de angustia, y tiene otras indicaciones como la enuresis nocturna 

La incorporación clínica de estos fármacos permitió además dar un giro copernicano al entendimiento de la enfermedad mental. De esta forma, entre la comunidad científica comenzó a plantearse la posibilidad de que estos medicamentos corrigiesen un “desequilibrio químico” específico, causa subyacente de la enfermedad, revolucionando pues la visión de sectores más tradicionales,  que anclados en planteamientos pseudomedievales, continuaban viendo al paciente psiquiátrico como un alienado con defectos morales o de voluntad, sólo susceptible de ser tratado con “terapia moral”.



Un poquito de química:


Azul de metileno:
Compuesto químico heterocíclico aromático. Se usa como tintura prequirúrgica dado sus propiedades antisépticas. También se utiliza como colorante en tinciones de observación en el microscopio.

Iproniacida:
Se trata de un isopropilo, derivado de la isoniazida que a su vez es un fármaco antituberculoso. En 1952 se descubrieron las propiedades antidepresivas de la isoniazida, cuando diversos investigadores notaron que pacientes tratados con éste producto se volvían felices. Se desarrolló un nuevo fármaco a partir de la isoniazida que dio lugar a la iproniacida, antidepresivo cuyo uso clínico fue aprobado en 1958.

IMAO:
Inhibidores de la monoaminooxidasa. Constituyen una categoría terapéutica dentro de los fármacos antidepresivos, que actúan bloqueando la acción de esta enzima. De ello resulta una mayor biodisponibilidad de neurotransmisores monoaminérgicos al bloquear su destrucción.

Fenotiazina:
La fenotiazina es un compuesto de estructura tricíclica en el que dos anillos de benceno se unen con un átomo de azufre y de nitrógeno en posiciones no adyacentes. Originalmente se desarrolló como un tinte sintético. De éste derivaron varios grupos de medicamentos antipsicóticos.

Iminodibencilo:
Estructura tricíclica en el que dos anillos de benceno se unen mediante un átomo de nitrógeno y un puente etileno. De este compuesto deriva la imipramina.

Antihistamínico:
Fármaco que actúa bloqueando la acción de la histamina en las reacciones alérgicas, mediante el bloqueo de sus receptores. Existen diferentes compuestos antihistamínicos según su estructura química. Uno de los más antiguos, la prometazina, es un compuesto fenotiazínico.

Clorpromacina:
La clorpromazina es un antagonista dopaminérgico. Sintetizado en diciembre de 1950, la clorpromazina fue el primer fármaco desarrollado con acción específica antipsicótica, siendo el prototipo de los fármaco fenotiazínicos.